Se puede decir a todo pulmón que la carretera que comunica a Santo Domingo, y así a toda la región Sur, con las provincias María Trinidad Sánchez y Samaná, tiene un peaje que mantiene en la sombra al turismo de esa zona. Aquí está, posiblemente, una de las razones por las que no muchos dominicanos piensan en disfrutar de las bellezas naturales de esta parte del país.
Samaná es, sin quizá, uno de los destinos naturales más hermosos que tiene el país. Su península, sus ensenadas o pequeñas habías y playas vírgenes, además de su gran historia, la ubican entre los lugares con mayor potencial turístico.
No es un secreto que esa vía no sólo resulta costosa para los usuarios y el Estado, sino que también es una de las más peligrosas de República Dominicana, pues su diseño, al parecer, no cumplió con los requisitos esperados. Arquitectos e ingenieros ya se han referido a sus defectos.