La Casa Blanca se sumó a las propuestas de estímulo fiscal para encarar la crisis provocada por la pandemia en EE.UU. con un plan que incluye menores transferencias de efectivo, algo que ya ha sido considerado “inaceptable” por parte de los demócratas en el Congreso.
La oferta presentada el martes por la noche por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, es de un total de US$918,000 millones.
El plan cuenta con una transferencia directa a los ciudadanos de US$600, por debajo de los US$1,200 aportados en el paquete de estímulo previo; pero retira los fondos adicionales para personas sin trabajo.
En un comunicado conjunto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, consideraron “inaceptable” la propuesta, ya que elimina la aportación adicional de US$300 semanales para los desempleados hasta finales de marzo discutida actualmente en el Congreso.
“(La propuesta de la Casa Blanca) no se debe permitir que obstruya las conversaciones bipartidistas actualmente en marcha en el Congreso”, remarcaron ambos líderes demócratas en la nota divulgada este miércoles. Los republicanos y demócratas, que controlan respectivamente Senado y Cámara, debaten actualmente una plan de US$908,000 millones que cuenta con esos US$300 semanales, algo fundamental para los demócratas.
Por el momento, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, no ha expresado su opinión sobre la propuesta de la Casa Blanca. Tras meses de estancamiento en las negociaciones, ambas partes reconocen progresos en un plan que también destina US$288,000 millones en ayuda para pequeñas empresas, así como US$160,000 millones en asistencia para los Gobiernos estatales y locales.
Otras partidas asignan US$16,000 millones para la distribución de vacunas, pruebas y rastreo de contactos en los casos del covid-19; US$82,000 millones en educación; y US$45,000 millones para el sector de transporte, que abarca las aerolíneas, entre otros.
La cifra de US$908,000 millones se encuentra a medio camino entre la última de los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, de US$2.4 billones y la de los republicanos, que dominan el Senado, de US$650,000 millones.
El plan cuenta con el respaldo del presidente electo, Joe Biden, quien tomará posesión el próximo 20 de enero, pero quien ya ha advertido de que solo será “un primer paso” y hará falta respaldo adicional ante la magnitud de la crisis provocada por la pandemia.
Estados Unidos, el país del mundo más golpeado por la pandemia con más de 15 millones de contagios y 285,000 millones de muertos, sufre en las últimas semanas un notable repunte de los casos, lo que ha obligado a varios estados a retomar las restricciones de movilidad.