Manejo de su tiempo, comodidad, evitar filas y espera para abordar un carro o “guagua de concho”, así como tener independencia, conocer nuevas rutas, viajar con la familia, son sólo algunos de los beneficios de contar con un transporte propio. Estas bondades hacen habitual que las personas establezcan dentro de sus metas comprar un vehículo.
No obstante, adquirir un vehículo implica costos antes, durante y después de tenerlo, por lo que es preciso verificar la disponibilidad de su billetera o crédito bancario para hacer esa inversión en un auto nuevo o usado.
Otros aspectos son definir las condiciones en las que lo usará, características del auto, determinar un presupuesto “realista”, revisar su historial crediticio, pero sobre todo, comparar precios.
Para expertos en finanzas personales la idea de tener un carro sin usar puede seducir a cualquiera. El problema es cuando ese deseo por montarse en un vehículo nuevo los hace tomar decisiones emocionales y no financieras.
Un error común es creer que comprar un vehículo es solo pagar su precio. Cibeles Jiménez, especialista en riesgos y gobierno corporativo, aconseja tener en cuenta todos los costos asociados como seguro, mantenimiento, consumo de combustible, impuestos y documentación del vehículo. Tener registrado estos costos en su presupuesto le permitirá un control de sus finanzas.
Otra opción a evaluar es ir a ver el vehículo en compañía de un mecánico de su confianza para que le asesore sobre las condiciones reales del vehículo que desea comprar, en caso de ser usado. Si es nuevo, puede verificar sus características por la web. También el dinero en efectivo abre mayores posibilidades de negociar mejores descuentos en caso de no optar por un préstamo.
Financiamiento: ¿Nuevo o usado?
Si está planeando financiar su carro nuevo debe conocer su historial crediticio y tener claro el monto que dará de inicial. Esto último, determinará la mensualidad a pagar.
“Nuestra recomendación es que el inicial no sea inferior al 30%, pero que cuando esté tomando esta decisión considere quedarse con liquidez para poder cubrir otros costos relacionados a la compra”, recalca Jiménez.
Analistas financieros insisten en que mientras más largo es el plazo, menos carga mensual se tendrá, pero sí deberá pagar mayores intereses. Por lo general, los plazos de financiamiento se extienden hasta siete años.
Se estima que si ha de comprar un vehículo nuevo financiado, el plazo ideal para pagar es de tres años, ya que los bancos, generalmente ofrecen tasa de interés relativamente baja y fija a ese tiempo.
Esta situación, aunque recurrente, puede resultar errónea, debido a que pedir un préstamo para comprar un carro que pagará a más de cinco años, implica pagar en muchos casos hasta un 60% más del valor del automóvil.
Ocurre diferente cuando el adquiriente primero ahorra para el bono inicial por 24 meses y busca un automóvil de segunda mano al 50% menos del costo. En el mercado local existe una gran variedad de vehículos usados en buen estado y a un precio asequible.
Pero en caso de que aún no le motive ningún carro usado y siga en la mente con el vehículo nuevo, ahorre un buen inicial, para que el financiamiento, los plazos y tasa de interés a pagar no superen el 10% del valor total.
En este criterio, puntualiza Jiménez, es importante tomar en cuenta la devaluación del vehículo, de manera que pueda mantener su valor en consonancia con el financiamiento y que al terminar de pagarlo pueda tener una valoración significativa del producto.
Pautas a considerar:
1.- Financiar un plazo extendido por un bien que se desprecia, como es el caso de un vehículo, es un error financiero, de acuerdo con analistas financieros.
2- Al comprar un automóvil con el mínimo de abono inicial y con el máximo de plazo, podría terminar pagando mucho dinero sobre su valor real.
3- Si ahorra el equivalente al monto a pagar durante dos años por un vehículo financiado, puede optar por uno usado de la misma categoría con tres o cuatro años de uso y quedar sin deuda.
4.- También ese ahorro puede aprovecharse como inicial para optar por el carro nuevo, con lo que obtendría mejores condiciones de financiamiento.