Si quiere saber cómo va la economía, averigüe cómo va el crédito al sector privado. ¿Por qué? Porque está demostrado que el sector privado es un motor o dinamizador de la economía a través de los productos y servicios que ofrece, pero también lo hace por medio de los empleos formales que genera y, por vía de consecuencia, los impuestos que paga al Estado.
Cuando hablamos del crédito al sector privado nos referimos a esos recursos que van al financiamiento de la construcción, el comercio, compra de vehículos, ampliaciones de negocios e industrias o inversiones en infraestructura privada; tarjeta de crédito, compra y alquiler de viviendas y otros.
Cuando una empresa crece, también lo hace la economía. La intervención del Estado en tiempos normales sólo debería ser a través de los mecanismos institucionales y normativos. La fórmula keynesiana, como ahora, sólo debería aplicarse en tiempos de crisis.
Entre abril y septiembre de este año, según el Banco Central, el crédito al sector privado creció en RD$49,332.3 millones. Estos números nos indican una sola cosa: que si no hubiera sido por las medidas de flexibilización monetaria tomadas por las autoridades, probablemente los resultados que vemos a la fecha hubieran sido muy distintos.
¿Qué dicen las estadísticas? Si entre enero y octubre de este año el crédito al sector privado creció en RD$66,943.3 millones, quiere decir que los otros meses no incluidos en este monto, es decir, el primer trimestre de 2020 y octubre aportaron (apenas) RD$17,611 millones, que es lo mismo que decir un 26.3% del total financiado al sector privado en los primeros diez meses del presente año.
Es pertinente señalar que cuando se compara el monto neto financiado durante los primeros diez meses de 2019, que fueron RD$82,846.2 millones, entonces vemos una caída absoluta de RD$15,903 millones, que es igual a 2.66 puntos porcentuales menos.
Los efectos de la pandemia, por supuesto, han sido muy fuertes o pronunciados. Para nadie es un secreto que pocos pueden decir que han salido sin un rasguño. Es por esto que el crédito al sector privado, según su comportamiento, envía una señal de por dónde andamos en cuanto a la dinámica económica. No basta con decir que entre un período determinado creció sin comparar estos datos.
En términos reales ha habido una desaceleración del crédito al sector privado, pero que tenderá a recuperarse si no hay un rebrote de la pandemia. Es aquí donde las autoridades del Gobierno central deben ser cautelosas en cuanto a las decisiones que habrán de tomar en las próximas semanas. Si hay una apertura total de la economía, donde no haya al menos algunas restricciones, no sólo será el crédito al sector privado el que se contraerá.
En todo este proceso de contracción del crédito al sector privado hay un punto positivo: la proactividad de las autoridades monetarias ha servido para amainar los efectos de la pandemia en la actividad económica.