Los tiempos van transformado la forma de accionar de las empresas, el aspecto salarial no está excepto, debido a que las nuevas generaciones de trabajadores se enfocan en las compensaciones que un trabajo le puede ofrecer, más allá de un “buen salario” al final de cada quincena o mes.
Hoy día los empleados buscan también un “salario emocional”, un concepto que surgió hace años, pero que cada vez coge mayor relevancia por su influencia al momento de aumentar su productividad y fidelidad hacia la empresa. Es decir, lograr que el puesto llena moralmente todas sus expectativas tras ver un futuro estable dentro de la empresa y no desee cambiar.
Pero ¿qué es exactamente el salario emocional? De acuerdo a varios autores, son todas aquellas retribuciones de carácter no económico que recibe un empleado por su desempeño laboral. Las mismas están dirigidas a mejorar su calidad de vida y bienestar para aumentar la conciliación laboral.
Esto quiere decir, por ejemplo, que exista dentro de la empresa posibilidad de crecimiento profesional, flexibilidad horaria y reconocimiento personal, así como implementar el teletrabajo, contar un lugar de trabajo agradable, ser parte de las decisiones y fomentar la vida sana, entre otros incentivos.
Esto permitirá que sus empleados estén satisfechos y por ende tengan elevados índices de productividad y competitividad. Por tanto, este “factor motivador” es clave para fidelizar el talento más allá de una subida de sueldo.