[dropcap]E[/dropcap]l “De-Risking”, una tendencia global de los sistemas financieros a evitar los riesgos de ciertos agentes vulnerables o con vínculos presumibles (muchas veces infundados) con actividades ilícitas, puede ser contraproducente en el largo plazo, considera Carlos Oviedo, especialista colombiano en derecho constitucional, penal, internacional, económico y financiero.
En lugar de aplicar una política enfocada en la elusión, Oviedo recomienda a las instituciones financieras y a los Estados aplicar una estrategia de identificación los factores de riesgo, determinando la capacidad existente para enfrentar cualquier situación y reaccionar adecuadamente. “Así se supera la crisis”.
La reacción opuesta sería el pánico, el cual inhibe la capacidad de respuesta ante situaciones inesperadas ocasionando mayores consecuencias.
“El pánico es una reacción desbordada que nos lleva a tomar medidas incorrectas para resolver el problema”, comenta.
Es por ello que llama a los líderes empresariales y estatales, quienes conocen las realidades económicas y sociales del país, administrar el riesgo sin pánico y con inteligencia.
Considera que el sector financiero, ligado estrechamente al riesgo, ha tomado una postura ultraconservadora, motivada en gran medida por el temor al lavado de activos. Es por ello que muchas instituciones optan por eliminar las situaciones peligrosas, en lugar de “administrarlas”, lo cual puede ser igual de nocivo. “Pero no estamos considerando la naturaleza misma del negocio, es decir, dejamos de ser banqueros”.
Por otro lado, entiende que los entes reguladores deben ser más indulgente a la hora de imponer las sanciones a las instrucciones financieras. Pone como ejemplo que los reguladores, en ocasiones, incurren en el establecimiento de sanciones por la falla en la realización de algún trámite rutinario, como la falta de alguna huella en la apertura de una cuenta o errores en el nombre del cliente.
Es por ello que critica las sanciones a casos aislados de este tipo, en lugar de atender problemas que pueden ser generalizados y que revelen fallas del sistema.
“Si seguimos poniendo multas por este tipo de cosas, generamos el pánico de la banca, y el negocio ve una amenaza desde el punto de vista del regulador. Y eso es lo que está trayendo como consecuencia el De-Risking”.
Para él las instituciones deben adoptar el enfoque de enfrentar las posibles dificultades, junto a una visión constructiva de parte del regulador, en lugar de punitiva.
El propósito final de la administración adecuada del riesgo es proporcionar un ambiente propicio para la inclusión financiera de esos sectores informales que han estado históricamente alejados de la banca. “De- Risking es la exclusión, es la discriminación, es el marginamiento”.
Y es que no solamente han sido afectadas por este manejo inadecuado del riesgo las cooperativas y casas de cambio en toda la región, pues ha habido casos en que las entidades financieras diseñan barreras exclusivas para ciertos segmentos poblacionales, generando marginación, que a su vez perpetúa la posibilidad de que esos sectores continúen siendo permeados por actividades ilícitas, en lugar de administrar el riesgo y mitigar su vulnerabilidad ante prácticas inadecuadas.
Otra de las características de De-Risking es que no contempla las condiciones individuales de las personas, sino que los margina de manera colectiva. En algunos casos países o regiones completas. Las poblaciones más vulnerables son las que tienden a sentir esos efectos.
“Para tener menos riesgo decimos que no vamos a hacer negocio con personas, países y colectivos que consideramos indeseables, pero se trata de un nuevo Apartheid, de un enfoque ultraconservador que puede traer consecuencias para la sociedad”, sostiene.
Además, ese enfoque segregador afecta el potencial de crecimiento de los bancos, a pesar de que son empresas que invierten cuantiosos recursos en conseguir y conservar sus clientes. “Queremos conseguir nuevos mercados, pero estamos excluyendo mercados completos”.
FORTALECIMIENTO
Crecimiento. En los últimos ocho años, el sector financiero ha experimentado un continuo crecimiento, así como más participación del Producto Interno Bruto. En 2014 fue uno de los renglones que más creció, alcanzando un 8.6%.
Desempeño. Durante el año pasado, los activos de las entidades de intermediación financiera crecieron en 11.29%. La cartera de crédito presentó una baja morosidad, de apenas un 1.44%.
La exclusión no aporta a la profundización
Política opuesta. La elusión del riesgo inherente a ciertos sectores es contraria a las aspiraciones público-privada de aumentar los niveles de bancarización.
Sector público. El experto afirma que las instituciones reguladoras deben asumir una postura orientada a la prevención, en lugar de enfocarse en la aplicación de sanciones.
Postura preventiva. Cuando se asume una postura de alerta, en lugar de exclusión, se pueden enfrentar mejor las situaciones de peligro, gracias al enfoque preventivo.