Las corporaciones de crédito están desapareciendo. Está sucediendo más rápido de lo que pudiera ser lógicamente aceptable (y quizás no). Las razones son diversas. El mercado cambia constantemente y todo indica que las exigencias, tanto regulatorias como las de tipo tecnológicas, sumadas a la alta concentración y competitividad de la “gran banca”, han puesto en el abismo a estas entidades financieras que durante muchos años cumplieron un rol preponderante en segmentos con poco o ningún acceso al mercado formal.
¿Qué sucedió con tantas corporaciones de crédito? Informes de la Superintendencia de Bancos (SIB) establecen que han llegado a registrarse por lo menos 106, es decir, las que operaron de manera regulada. Ahora apenas seis están abiertas, pero con limitada capacidad para competir.
Entre las causas de su salida del mercado, según algunos economistas, están, en primer lugar, la salida voluntaria, inviabilidad financiera, fusiones, absorciones y transformaciones. Otra variable es que cada vez más estas entidades son vistas por el público con menos niveles de confianza. Su escasa presencia también las limita.
Las corporaciones de crédito reportaron activos por RD$3,612.3 millones a septiembre de este año, un aumento de apenas RD$81.35 millones (2.35) respecto al cierre de marzo. Sin embargo, cuando se comparan los números con diciembre de 2019 hay una reducción neta de RD$228.82 millones, es decir, un -5.95%.
Las únicas que permanecen abiertas son: Leasconfisa, con activos por RD$1,094.09 millones al 20 de septiembre, lo que significa alrededor del 30.3% del segmento. En segundo lugar está Norpresa, cuyos activos a septiembre totalizaron RD$862.08 millones; luego está Reico, con RD$639.87 millones; Óptima, con RD$594.99 millones; Monumental, con RD$323.21 millones, y Oficorp, con RD$98.1 millones.
Para el economista Raul Hernández, el negocio “bancario” cada vez es más caro por la carga regulatoria y de supervisión, a lo que debe sumársele la competencia de los grandes y “ellas con una gran limitación de servicios y bolsillo, lo cual es natural”.
Como positivo, destaca, el sistema se hace más eficiente por un lado, ya que quedan los “mejores”, mientras que del lado negativo señala que la concentración puede ser muy peligrosa, además de que quedan clientes y sectores sin atender y más propensos a ser presa de la informalidad o el mundo de cersivo, haciendo perdurar la informalidad y vulnerabilidad financiera en esos grupos. Prevé que llegará el momento en que no quedará una y les convendrá hacer negocios por otras vías.
Haivanjoe Ng Cortiñas, exsuperintendente de Bancos, explica, entre las limitaciones de las corporaciones de crédito, que solo se les tiene permitidas nueve tipo de operaciones, mientras que los bancos de ahorro y crédito pueden realizar 20 y las entidades de servicios múltiples llegan a 24, condición que, indica, limita a las corporaciones en términos de competencia en el mercado bancario y de su crecimiento.
En adición, explica, las corporaciones de crédito cada vez más son vistas por el público con menos niveles de confianza y, entre otras razones, está su escasa innovación tecnológica, lo que limita su crecimiento.
Otro aspecto que afecta su crecimiento es la limitada presencia física de oficinas que permita al público menos informado un mayor y fácil acceso, además de la nula publicidad.
Ng Cortiñas considera que la presencia visual de los bancos múltiples y de las asociaciones mutualistas hace que estas entidades sean de mayor acceso al público bancarizado y el no bancarizado y eso va en desmedro del crecimiento de las corporaciones. “Estas causales, a mi juicio, inciden en forma determinante en el decrecimiento de las corporaciones de crédito”, sostiene.
El economista Franklin Vásquez entiende que la regulación, el pago de impuestos, la disminución de las operaciones no legales que realizaban, la competencia en el mercado, lo que hizo que las tasas de interés bajaran significativamente, “perjudicó a estas entidades que manejaban tasas de interés exorbitantes”.
Explica que los costos operativos también es otro elemento que jugó en contra de las corporaciones. “Algunas se transformaron en entidades de ahorro y crédito y han sobrevivido por eso, financiando, en su mayoría, préstamos de consumo para adquisición de vehículos”, afirma.
Transformación
El economista Leonardo Perozo asegura que lo sucedido con las corporaciones de crédito tiene que ver con los nuevos tiempos. Afirma que en el proceso de transformación de la banca dominicana, en los últimos 10 años, ha obligado a procesos de salida voluntaria.
Se ha visto, dice, que hay razones como la inviabilidad financiera, fusiones, absorciones y transformaciones para que el número de corporaciones de crédito haya disminuido de manera importante.
Perozo explica que dentro de las principales causas se pueden desglosar el aumento de los costos de adecuación a las nuevas regulaciones, que implican desarrollo de nuevos reportes, estructuras y personal. Por otro lado, en el negocio bancario la oportunidad de diversificación de activos implica una gestión de tesorería, que estas entidades pequeñas no pueden realizar.
En los últimos años, la intermediación de título de deuda ha tenido un rol importante en los márgenes de intermediación, así como la liberación del encaje, instrumentos de difícil para las corporaciones.
Destaca que los subagentes bancarios han permitido a los bancos grandes aumentar su penetración abaratando costos. “Por último y no menos importante es el proceso de profesionalización de que ha sido objeto la banca, con el aumento de complejidad de sus operaciones, lo que tiende a desplazar estas instituciones pequeñas”, sostiene Perozo.