La saliva, el contacto y, posiblemente, el aire son de las principales vías de transmisión directa del covid-19, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta razón coloca a la carrera de odontología, en todas sus áreas, entre las más vulnerables al contagio.
Para la odontóloga Annerys de León, la atención durante la pandemia representa un alto riesgo de contagio por covid-19 tanto para los pacientes como para el equipo clínico, debido a la alta generación de aerosoles y contacto directo entre paciente, habitualmente inferior a un metro de distancia.
Los procedimientos habituales como profilaxis dental, empastes o la colocación de coronas deberán realizarse con mayor cuidado. “La atención cercana al paciente, la actividad en la cavidad bucal y la presencia de saliva; el trabajo con ultrasonidos y materiales rotatorios que producen aerosoles hacen de esta profesión una de las de mayor riesgo”, recalca De León, con postgrados en estética dental y ortodoncia.
Bioseguridad en la práctica dentista
Entre las medidas sanitarias para evitar el contagio y propagación del virus, la especialista bucal indica que el lavado de manos y material clínico debe ser frecuente durante la práctica. “Siempre ha sido así, pero ahora con más ahínco. También utilizamos barreras de protección para prevenir el contagio. Esto consiste en usar gafas de protección, ajustadas a la cara con pantalla facial; gorro quirúrgico desechable; mascarilla quirúrgica; batas impermeables desechables; y guantes de nitrilo…”, sostiene.
¿Se debe ir al odontólogo en tiempos de covid-19?
Las autoridades recomiendan salir de sus hogares, con la debida protección, sólo para necesidades muy puntuales, tales como trabajo, visitas a los bancos, farmacias, supermercados, entre otras. Sin embargo, algunas condiciones de salud, recuerda De León, imponen la visita a los médicos por seguimiento a un diagnóstico o una urgencia.
Entre las urgencias odontológicas destaca el sangrado bucal, los abscesos o un dolor, que son, asegura De León, las principales patologías que pueden causar interrupción laboral del paciente o que pongan en riesgo el estado general de su salud.
“Una urgencia odontológica es la aparición súbita de una condición patológica buco maxilofacial, que provoca una demanda espontánea de atención, cuyo tratamiento debe ser impostergable”, recalca.
Aclara que todos los pacientes son tratados como de alto riesgo al covid-19. Por tanto, previo a la visita, afirma la especialista, se les hace un cuestionario vía telefónica con preguntas que van desde si tiene fiebre o ha tenido en los últimos 14 días y si presenta problemas respiratorios, hasta si ha viajado a países de riesgo en los últimos 14 días y si ha estado en contacto con personas que hayan tenido cuadros de fiebre o tos en los días posteriores.
“Si la respuesta es no y no presenta fiebre, se recomienda posponer si no es urgente o tratar con las medidas adecuadas. Aunque al día de hoy se recomienda posponer el tratamiento si no se considera urgencia”, manifiesta la doctora.
Aunque como regla general, insiste la odontóloga De León, se desaconsejan realizar tratamientos sobre pacientes sospechosos de covid-19, posponiendo cualquier procedimiento que no se considere urgencia, al menos durante el tiempo estipulado como cuarentena.
Además, dice, se envía el paciente al hospital para la monitorización de su sintomatología.
Garantía
“No hay ninguna, pocas posibilidades. Hay que mantener los protocolos adecuados, ya que puede transmitirse de persona a persona”, enfatiza.
Exhorta a los pacientes locales y extranjeros a utilizar los servicios odontológicos de República Dominicana, en aquellos centros certificados. “Visitar el área que requiere con la especialidad probada para un tratamiento exitoso”, puntualiza De León.