[dropcap]R[/dropcap]eligiosamente, María y José acuden con entusiasmo cada quincena a depositar en el banco el dinero del ahorro con el que aspiran un día comprar su primer vehículo, o una vivienda o, simplemente irse de viaje en las próximas vacaciones soñadas.
Así, los días 15 y 30 de todos los meses, la pareja asistía a la sucursal más cercana de su banco, sin temor alguno de que el dinero ahorrado -con tantísimo sacrificio- estuviera en peligros. Un sábado por la noche, después que sus dos hijos, de 5 y 8 años, se habían acostado, José selecciona la película que verían esa noche, un drama policíaco protagonizado por Al Pacino, su actor favorito.
A María no le gustaban esas historias dramáticas que la inquietan bastante. Prefería las películas románticas, o comedias que le dejaban un dulce sabor emocional antes de dormir. El filme era uno de esos clásicos de Sidney Lumet: Tarde de perros, o Dog Day Afternoon (1975) por su título en inglés.
La trama recrea el robo del Chase Manhattan Bank en Gravesend, Brooklyn (Nueva York) basado en un hecho real ocurrido a principios de los 70. María, una mujer de educación básica con el mismo nivel de preparación que consiguió José, se preguntó si sus ahorros corrían algún peligro, si un día -como hiciera Al Pacino en la referida película- asaltantes desaprensivos entraban al banco y se llevaban todo el dinero.
-Lo primero es que nuestros ahorros están seguros, no solo el de nosotros que es poca cosa, comparado con los millones que guardan allí empresarios de todos los niveles, por ejemplo-, le respondió José sin quitar la mirada de la pantalla.
María no quedó satisfecha con la respuesta, sobre todo, cuando vio que el para ese entonces jovencísimo Al Pacino (interpretando a Sonny), entró con tanta facilidad al Chase Manhattan de Brooklyn, junto a Sal, su pareja sentimental, armados con escopetas y pusieron en vilo a todo el mundo, como parte de “un robo que debió tomarles 10 minutos, pero que 4 horas después se convirtió en un circo televisivo”.
José, un cinéfilo curtido que sufría las interrupciones cuando veía una buena película, dio pausa al reproductor y dijo, con cara de especialista probado: -María, los bancos no son instituciones blindadas contra el fraude y el robo, pero en estos tiempos de tecnología avanzada, los robos se cometen desde afuera, en los que hackers clonan tarjetas de los clientes, por ejemplo. Y aún así, el banco garantiza la reposición de ese dinero si ha sido sustraído de la cuenta de sus clientes.
María aprovechó la pausa de la película para servir dos cervezas y traer la picadera, y dijo secamente: -No me gusta Tarde de perro. Al Pacino es un actor genial, pero eso de entrar a robar un banco para pagarle la cirugía a su novio que se quiere cambiar de sexo, no tiene ninguna gracia. A ver, tú que privas en que sabes de cine, ¿qué otras películas tratan sobre robos a los bancos?
José se acomodó en el mueble, y antes de nombrar algunas, defendió la realización de Dog Day Afternoon.
-María- le dijo con una mirada inquisidora, -Sidney Lumet fue un excelente director, cuya muerte me entristeció en el 2011. Tarde de perro es un gran filme, un clásico del género con seis nominaciones al Oscar (incluyendo Mejor película), y ganó uno por su guión.
Pero bien, ya que tienes tus preocupaciones sobre nuestros ahorros que podrían ser objeto de un robo, quizás, por unos asaltantes como lo fueron los legendarios Bonnie y Clyde a principios de los años 30 en Estados Unidos (de quienes se han hecho varias películas y series televisivas), hay muchísimas películas que tratan el tema y te aseguro que en casi todas, los ladrones puede se que salieran con la suya, pero al final la justicia se impone.
-¿Cuáles otras películas recrean este tipo de episodios?- le interrumpió María.
–Dog Day Afternoon se estrenó en el 1975, se realizaron muchas antes, pero una que te puede encantar es más actual. Por ejemplo, Inside Man (Plan Perfecto), protagonizada por Denzel Washington, tu actor favorito. Y aquí el ladrón, interpretado por un vengativo Clive Owen, sí se salió con la suya. Una gran película, con el nivel al que nos tiene acostumbrado Spike Lee, su director.
María, con sus reservas, le escuchaba atentamente.
–Inside Man sí que es buena. Recuerdo también El robo del siglo (2008), dirigida por Roger Donaldson y que se tituló en inglés The Bank Job, otro drama muy entretenido. Como prefieres las comedias, te recomiendo Ladrón de bancos, esa es un poco más vieja, de 1993 (Bank Robber). En ese mismo género, no sé si recuerdas a Bill Murray que en 1990 estrenó Con la poli en los talones (1990), en la que roba un banco de Nueva York de la forma más original; pero no te contaré cómo lo hace porque esa película la veremos el sábado próximo.
Y hay otras: en la nueva saga de Batman, de Christopher Nolan el Guasón roba un banco en la secuencia inicial; en Heat (Fuego contra fuego) Robert De Niro y Al Pacino –otra vez Pacino– se enfrascan en una persecución entre policía y ladrón; y en la divertida Atrápame si puedes, Steven Spielberg reúne a Tom Hanks y Leonardo DiCaprio en un drama biográfico de madre.
En fin, María, el cine ha tratado todos los temas, y esta es tan solo una breve lista sobre las que recrean historias vinculadas a los robos bancarios. Pero tranquila, que ese es el cine, nuestros ahorros en la vida real están asegurados.
Y José pulsó play y continuó disfrutando de Tarde de perros… hasta la próxima sesión cinematográfica.