[dropcap]D[/dropcap]esde esta columna siempre hemos sido abanderados y defensores de los derechos de la clase trabajadora dominicana. Incluso, hemos manifestado que el presidente Danilo Medina no debe permitir que en su gestión de gobierno sea modificado el Código de Trabajo si es para restarle derechos adquiridos a los trabajadores.
Esto así, porque el mandatario que ha promovido la inversión social, la defensa de los más pobres, la alfabetización del país, la inversión de 4% del producto interno bruto (PIB) en educación, echaría todos esos logros en el olvido, pues sólo sería recordado como el presidente que propició un cambio legal para quitarle derechos a la clase trabajadora, un costo político que imaginamos el presidente Medina no está dispuesto a pagar.
Pero ahora el tema laboral más inmediato y menos complicado es el relativo a las discusiones para el aumento salarial en el sector privado no sectorizado.
El Código de Trabajo establece que el Comité Nacional de Salarios (CNS) se reunirá por lo menos una vez cada dos años para revisar los salarios mínimos. El último aumento salarial se realizó en junio de 2013, por lo que dentro de dos meses se cumplen dos años sin que hasta ahora se haya llegado a un acuerdo para el incremento.
El movimiento sindical reclama un aumento de 30%, lo cual, aunque justo, sería exagerado para un amplio sector del empresariado que no tiene capacidad económica para un incremento de esa magnitud. Por eso, consideramos que el aumento debe rondar entre 15% y 20%, para ser razonable.
Sin embargo, los empresarios representados en el CNS se han resistido a presentar una propuesta discutible de aumento y en cambio han utilizado argumentos para provocar retrasos en las discusiones para el ajuste.
El CNS está integrado por tres patas: sector sindical, sector patronal y el Estado, es decir, el sector gubernamental. Contrario a otros órganos relacionados, como el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), en el CNS no existe el poder del veto, es decir, si dos de las tres partes se ponen de acuerdo, entonces se impone la voluntad de la mayoría y se toma la decisión correspondiente.
El Gobierno se ha mantenido neutral en el CNS a la espera de que empresarios y sindicalistas se pongan de acuerdo. Sin embargo, es evidente que los empresarios están provocando la tardanza con los incidentes ya conocidos en las últimas reuniones que ha tenido el CNS.
Es hora de que el Gobierno intervenga, que se coloque del lado de los sindicalistas en el CNS y que le haga ver a los empresarios que si no presentan una propuesta de aumento salarial, entonces dos de las tres partes del CNS decidieran cuál será el porcentaje del aumento y lo harán aplicar de manera legal.
No es necesario que se imponga el aumento de 30%, pero sí es necesario que se imponga una decisión firme de parte del Gobierno para que definitivamente haya una decisión en cuanto a los salarios mínimos de los trabajadores que tanto lo necesitan.
La próxima reunión del CNS está pautada para el miércoles 12 de este mes. Desde La Escuela Económica, exhortamos al sector empresarial a no dar más largas al asunto del aumento de salarios y que presenten una propuesta razonable, de 10%, por ejemplo, para iniciar las discusiones a los fines de que terminen entre 15% y 20% como en la última ocasión, cuando se aprobó un aumento de 18%.
Los trabajadores ya no aguantan más, no es justo que los empresarios usen eso como presión para obligar a los sindicalistas a transarse en algunos aspectos que quieren cambiarle al Código de Trabajo. Eso es una mezquindad que no se ve bien en los sectores productivos.
De su lado, el presidente Medina tiene que ratificar su alto nivel de sensibilidad social y enviar una señal de rectitud a los empresarios para que cumplan con el mandato legal de aumentar los salarios mínimos antes de que se cumplan dos años del último incremento. Eso es lo justo.