El presidente Luis Abinader es, sin duda, un político que marca un antes y un después en el ejercicio de la política en República Dominicana. Su buen nombre y honorabilidad, por la forma en que ha procedido históricamente su familia, están asegurados. Su compromiso de hacer un gobierno transparente y eficiente, asumido desde que juró el 16 de agosto pasado, va por buen camino.
Ahora bien, un Presidente debe ser un excelente comunicador. La forma en que conduce su discurso, más allá del mensaje explícito que desea transmitir, comunica otras características, especialmente las relacionadas con la seguridad y capacidad de convencimiento que debe tener ante la audiencia.
El jefe de Estado utiliza una muletilla que, sin bien no le resta credibilidad ni capacidad de convencimiento, tampoco le suma. Hablo de la voz “eh”, una especie de alicate que le ayuda a conectar las ideas o, en el mejor de los casos, a ganar tiempo para coordinar bien sus respuestas respecto a temas muy delicados. Estoy consciente que como Presidente está en la obligación de pensar bien sus respuestas, aunque también hay otros mecanismos o recursos que ofrece la oratoria que pueden ser muy útiles.
Según la Real Academia Española, una muletilla es una voz o frase que se repite mucho por hábito. Ciertamente se nota que Abinader utiliza mucho este recurso oral cuando habla espontáneamente. Lo hace con frecuencia, pero a veces se nota mucho.
Al ver íntegramente, con anuncios incluidos, la entrevista que dio el presidente Luis Abinader al periodista Camilo Egaña, de CNN, en la que respondió preguntas claramente realizadas por el público y las que hizo el mismo periodista, uno de los mejores entrevistadores de la región, noté la sobreutilización de la muletilla “eh”.
Puedo colegir, también, que Abinader es un ser humano de habla pausada, que piensa bien sus respuestas para no equivocarse o pedir excusas. Sin embargo, al escuchar tantos “eh” en su discurso, que, por supuesto no le resta credibilidad, pudiera generar ruido en sus disertaciones.
Para el experto David Navarro, hay dos causas principales para el uso de las muletillas. Una es a causa de los nervios y la otra es no escucharse a sí mismo al hablar y corregirse.
Una muletilla es toda aquella palabra o frase que repites mucho y no aporta nada a tu mensaje. De hecho, destaca, lo afecta negativamente, ya que proyecta falta de dominio del tema, inseguridad, poco expertise al hablar en público, y falta de vocabulario. Las muletillas más comunes son: “bueno”, “este”, “eh”, “¿verdad?”, “¿no?”, “y…”, así como toda frase que de manera inconsciente repites constantemente, por ejemplo “finalmente”, “¿me explico?”, entre otras.