En menos de diez días la Dirección General de Aduanas ha confiscado más de US$4.3 millones, dinero que sería introducido a República Dominicana sin declarar y que, por ende, ha de ser de actividades ilícitas o de negocios cuyos dueños no querían transparentar. Si no es un récord, por el tiempo y la cantidad, debe andar cerca de serlo.
El primer decomiso, que procedía de Brooklyn, Nueva York, fue por un monto de US$2,174,750 y el segundo fue por US$2,174,340, para un total de US$4,349 090, equivalentes a RD$254,421,765.
Dos cosas a tomar en cuenta en estos “hallazgos”. Lo primero es que las nuevas autoridades están haciendo un excelente trabajo y que eso de que “escobita nueva barre bien sí es cierto” y, segundo, que con esta falta de dinero que hay en el Estado estos recursos caen muy bien para enfrentar la pandemia.
Hay una tercera cuestión que surge producto de la sabiduría popular: ¿Se sabrá quiénes enviaron y quiénes recibirían estos dos envíos ilegales de dinero? Lo que sí podemos estar seguro es que si fuera producto de actividades demostrables posiblemente no hubiera llegado tanto dinero de esta manera, es decir, camuflado. Que sigan llegando y que sigamos encontrando.