El Gobierno dominicano aplica, desde el pasado 19 de marzo, una serie de medidas con las que busca compensar la desaceleración de la actividad económica asociada a la pandemia del covid-19. Las acciones se enfocan en financiar pequeñas y medianas empresas, preservar los empleos formales y ofrecer recursos y alimentos a personas de escasos recursos.
El Banco Central también anunció, tras detectarse el primer caso de coronavirus en el país, el recorte de la tasa de política monetaria (TPM) en 100 puntos básicos y la bajó de 4.50% a 3.50% anual.
La tasa de interés de facilidad permanente de expansión (repos) se redujo en 150 puntos básicos, al pasar de 6.00% a 4.50%, con el objetivo de disminuir el costo de financiamiento de las entidades financieras a través de este instrumento. La tasa de interés de los depósitos remunerados en el Banco Central (overnight), de su lado, se redujo en 50 puntos básicos, de 3.00% a 2.50%.
El conjunto de medidas de provisión de liquidez ascendió a RD$120,000 millones, equivalente a aproximadamente 3% del PIB, habiéndose canalizado a la fecha unos RD$70,000 millones a través de repos y liberalización de recursos de encaje legal para financiamiento de los sectores productivos y los hogares.
En cuanto a los préstamos al sector privado en moneda nacional, se expandieron en RD$37,805 millones en los primeros cinco meses del 2020 (equivalente a 3.9% acumulado), prácticamente duplicando el incremento registrado en el mismo período de 2019, el cual fue de RD$18,896 millones (equivalente a 2.2%).
Los economistas Antonio Ciriaco Cruz y Pavel Isa Contreras coinciden en que, aunque la política monetaria y fiscal adoptada por las autoridades dominicanas ha sido expansiva y fue en la dirección correcta, se necesitará mucho más, en particular en el lado fiscal, para su recuperación cuando la epidemia lo permita.
Isa Contreras entiende que las medidas monetarias no han tenido mucho efecto debido a que, en el contexto de depresión actual, la demanda de crédito para la inversión y la producción es baja.
“Hay razones para pensar que la expansión monetaria ha tenido algunos efectos contraproducentes especialmente sobre el tipo de cambio. Sin embargo, cuando la recuperación esté en curso, el estímulo monetario puede ser importante. Además, esa expansión puede ayudar al sistema bancario a soportar el golpe del deterioro de la cartera de crédito que tendrá que venir como resultado de la depresión económica”, explicó.
El economista afirmó que, por el lado fiscal, las medidas han sido de alivio tributario, pero cuando los peores riesgos de la epidemia se disipen, habrá que pasar a una fase de fuerte estímulo fiscal por el lado del gasto público.
Sin embargo, Ciriaco Cruz aseguró que la política fiscal ha sido expansiva, incluso desde antes, ya que, a su entender, el Gobierno no pudo hacer una real consolidación fiscal: déficit fiscal y alto endeudamiento.
Añadió que, con la pandemia, el país tuvo de manera adicional una nueva fuente de financiamiento en RD$150,000 millones, elevando el déficit al 5.12% del PIB y la deuda pública consolidada al 60% del PIB, considerando que la contracción del PIB de 2020 en dólares será muy grande.
“Todo esto se hizo para sostener programas de compensación a grupos afectados por el covid-19, como son los programas Quédate en casa, Fase I y II y Pa` tí”, dijo.
Sin embargo, Ciriaco Cruz estima una vez aparezca una vacuna contra el covid-19, la economía dominicana se recuperará rápidamente. También la recuperación de los sectores orientados hacia el exterior: zonas francas, turismo, inversión extranjera y remesas, estarán supeditados a la recuperación de los mercados de origen y destino de esos sectores.
Para Isa Contreras no está claro cómo terminará la economía, cuánta capacidad productiva terminará siendo destruida y cuánto daño estructural habrá, ya que las dimensiones del daño determinarán en parte la rapidez de la recuperación.
“La otra variable clave para volver a crecer es el contexto internacional. La pregunta sería si éste va a ser favorable al crecimiento y si va a ayudar o no, si los turistas volverán y cuántos serán y cuánto gastarán; si las exportaciones se recuperarán rápido (esto es posible) y si las remesas volverán en los montos de antes una vez pasen los efectos de las ayudas del gobierno federal de EE.UU. a los hogares damnificados de la crisis. Esas serán los dos grandes factores determinantes de la recuperación”, especificó.
Entorno macroeconómico poco favorable
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) aseguró en su informe “Enfrentar los efectos cada vez mayores del covid-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones”, que los esfuerzos fiscales realizados por los países latinoamericanos tienen lugar en un entorno macroeconómico poco favorable y altamente incierto.
Explica que, además del aumento del endeudamiento público durante la última década, los países enfrentan caídas de la recaudación tributaria debido a la contracción de la actividad económica y los menores precios de los productos básicos, como consecuencia de la pandemia, mientras que las necesidades de gasto aumentan considerablemente para hacer frente a la emergencia.
“Debido a la magnitud de los recursos necesarios y el carácter de emergencia, es importante que la ejecución de estas medidas fiscales se acompañe de instrumentos adecuados de transparencia y rendición de cuentas que permitan reforzar la confianza y la eficacia de la gestión pública”, afirma la Cepal.
Los economistas Ciriaco Cruz e Isa Contreras coinciden en la importancia de que el Estado dominicano maneje sus medidas fiscales con transparencia.
Ciriaco Cruz entiende que en este período de emergencia se debe actuar con mucha transparencia en el uso de los fondos públicos, debido a que hay que acatar los procedimientos de compras y contratación contenida en la Ley de Compras y Contrataciones Públicas.
Mientras, Isa Contreras afirmó que la ciudadanía tiene derecho a saber qué se hace con sus recursos. “Porque da legitimidad a la política y permite que haya más información, un debate mejor informado y posibilidades de corregir rumbos de ser necesario”, añadió.
La Cepal sostiene que la política fiscal debe jugar un papel central en la reconstrucción de una realidad mejor para los países de la región, con sociedades más inclusivas, igualitarias y resilientes.
“El primer paso será adoptar medidas de estímulo fiscal para impulsar la reactivación de la actividad económica, la inversión y la creación de empleo de calidad ante el levantamiento gradual de las medidas de confinamiento, lo que exigirá que en la región se haga un mayor esfuerzo fiscal y se cuente con acceso adecuado a líneas de financiamiento”, indica el informe.
Plantea que el esfuerzo fiscal que ya se ha hecho y en el que se requiera en los próximos meses, se deberá tomar en cuenta el fortalecimiento de la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo, lo que exigirá aprovechar todos los espacios que permitan aumentar la recaudación fiscal y reducir el gasto público.
“Por el lado de los ingresos, combatir la evasión y la elusión fiscales es más importante que nunca”, añade.
Asegura que la política fiscal deberá contribuir al logro de esos objetivos a través de un sistema de tributación progresivo y eficiente, en el que se fortalezca el impuesto sobre la renta y el patrimonio, se aprovechen los espacios para la tributación de la economía digital, las actividades que dañen el medio ambiente y el consumo de productos negativos para la salud.