[dropcap]R[/dropcap]epública Dominicana puede pregonar con orgullo olímpico que es poseedora de una banca con altos criterios humanos y éticos.
Si bien es cierto que estas instituciones no son casas de beneficencias o que están instaladas por amor al arte, sí podemos decir que nuestro país tiene una banca sana, fuerte, respetuosa; que aprende cada día y que es ética.
¿A qué podemos llamar banca ética? El negocio de los bancos está en captar (depósitos) y colocar (préstamos) dinero en el mercado. Ahora bien, muy a pesar de lo que puede plantear la norma, financiar proyectos que aporten al desarrollo del país, aunque sean de bajo retorno para las instituciones financieras, requiere de un ejercicio ético.
Cuando los banqueros otorgan financiamiento a la agropecuaria, a Mipymes o a la pequeña industria que opera con mínima formalidad, a esto se le llama banca ética. Partiendo de este ejemplo, es que Joan Antoni Melé, subdirector general en Espala de Triodos Bank, el banco sostenible más importante de Europa, dice que “una banca ética es posible si se crea consciencia entre la gente. El objetivo consiste en financiar proyectos con poco margen de beneficio pero que contribuyen a generar una sociedad mejor”.
Creo firmemente que nuestro sistema financiero está en capacidad de fortalecer la práctica de ofrecer recursos a bajo costo porque al final no se trata de cuánto haya de beneficio o de retorno, sino del impacto que tendrán esos proyectos en la sociedad.
Hay un movimiento denominado Alianza Global para una Banca con Valores (GABV), que es una red de bancos sostenibles independientes en el ámbito internacional. La iniciativa cuenta con el apoyo de 24 bancos sostenibles de distintos continentes: Triodos Bank, el Co-operative Bank (Reino Unido), Crédit Coopératif (Francia), EthikBank (Alemania y Austria), Banca Etica (Italia), BancoSol (Bolivia), Mibanco (Perú), entre otros.