La importación y venta de vehículos usados en República Dominicana debe ser debidamente regularizada, ya que las debilidades que afloran en torno a este comercio ponen en peligro la vida de los ciudadanos, de acuerdo a Aníbal Rodríguez, vicepresidente de Santo Domingo Motors Company.
“Un vehículo es la segunda inversión más importante de una familia. El Estado tiene la obligación de proteger al consumidor, esto implica garantizar que la importación de vehículos usados sea transparente y se rija según la normativa vigente”, expresa Rodríguez.
Precisa que las normativas deben reflejar el “verdadero odómetro”, las condiciones originales de fabricación (guía a la derecha versus guía a la izquierda), además de asegurar que no sean vehículos de salvamento.
Asimismo, ve con preocupación que la importación de vehículos nuevos decrece notoriamente. “Desde 2012 no pasa de 30,000 unidades anuales y desde 2016 a la fecha ha decaído un 30%”, subraya, pese al crecimiento económico que ha registrado el país en los últimos años y mucho antes de las dificultades interpuestas al sector automotriz producto de la pandemia del covid-19.
Agrega que ese decrecimiento provoca la reducción de las recaudaciones fiscales. Dijo que cada año entran al país unos 13,000 vehículos usados que fueron construidos con el guía a la derecha, pero que llegan modificados en condiciones no certificadas por el fabricante. Advierte que esta situación pone en riesgo la seguridad del conductor y los pasajeros.
Recordó que el Artículo 175 de la Ley 63-17 prohíbe la importación y circulación de vehículos con el guía a la derecha.
En tal sentido, aplaude la emisión de la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre y Seguridad Vial.
Sin embargo, entiende que aún falta crear las normas de aplicación para que la ley tenga real efecto. En ese sentido, recomienda tomar como referencia casos de éxito de países de la región, como Costa Rica, Colombia y México, para elaborarlas con la colaboración del sector automotriz local y de entidades como Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Se requiere apoyo para incrementar el sector automotriz formal, que ayudaría a proteger los derechos del consumidor, la recaudación fiscal y seguridad social”, recalcó el ejecutivo de Santo Domingo Motors, al precisar sobre la necesidad de modernizar el parque vehicular dominicano.
Un parque vehicular antiguo
Según un informe de Dirección General de Impuestos Internos (DGII), en 2018 el 46.4% del parque vehicular nacional estaba compuesto por unidades fabricadas previas al año 2000.
Aníbal Rodríguez recuerda que el país permite la importación de vehículos de hasta 15 años de antigüedad, lo que a su juicio genera un alto impacto ambiental, sin contar con el alto riesgo vial, debido a que ya han agotado gran parte de su vida útil.
“Lo crítico acá es la antigüedad de los vehículos. La vida útil de un vehículo está estimada en 10 años, entonces ya a partir de 10 años es ‘normal’ que el vehículo presente una serie de condiciones que eventualmente no es correcto que circulen”, manifestó el ejecutivo de Santo Domingo Motors, compañía que arriba a sus 100 años de operación en el mercado local.
Añadió que a República Dominicana están trayendo vehículos con cinco y siete años de uso y con 700,000 y 800,000 kilómetros, “ya con la vida útil prácticamente agotada, entonces empiezan a correr en las calles de República Dominicana, ¿y que empieza a suceder? incendios, accidentes… por la condición del vehículo”.
En 2019 las importaciones superaron los 100,000 vehículos, predominando los usados, con 84,000.
“En otros países con condiciones similares a las de República Dominicana, como Costa Rica, Panamá y Puerto Rico, se comercializan hasta 4.5% más veces la cantidad de unidades nuevas que se comercializa en República Dominicana”, enfatizó.
“Desde 2007 se vendieron 30,900 unidades (nuevas) y el mercado se ha mantenido estancado porque de 30,000 bajamos a cerca de unas 20,000 y aunque ha habido una ligera recuperación, no hemos pasado de unos 24,000”, reiteró Rodríguez.