¿Recuerda usted el eslogan de campaña “Continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho”? Fue considerado largo, pero pegó. Danilo Medina se inauguró como presidente de la República en agosto de 2012. Completó el ejercicio fiscal de ese año con un déficit de un 6.6% del producto interno bruto (PIB).
El balance negativo en las finanzas públicas , mayor al previsto en el Presupuesto de ese año, fue atribuido a los esfuerzos que hizo Leonel Fernández, al frente del Poder Ejecutivo desde 2004, para lograr la continuidad del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) al frente del Estado.
El costo fue alto para el balance financiero del Gobierno, pero los resultados electorales fueron los esperados. ¿Por qué? Porque la organización política morada lleva cuatro períodos consecutivos al frente del Estado, y su candidato Gonzalo Castillo compite por la Presidencia con Luis Abinader, quien aspira por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Leonel Fernández, quien luego de denunciar un fraude contra él, orquestado en su organización política en las primarias del 6 octubre de 2019, ahora es el aspirante a la primera posición del Estado por el Partido Fuerza del Pueblo (FP), luego de pactar el cambio de nombre con el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD).
En la postrimería de su gestión, ya que entregará a un nuevo presidente el 16 de agosto próximo, Medina dejará unos números muy disímiles a los que halló cuando inició su primer mandato. República Dominicana, en el significado amplio de la palabra, es ahora un país muy diferente al de hace ocho años.
¿Dónde hubo avances y dónde no? La mejor forma de saber es confrontando las estadísticas. ¿Qué dicen los números respecto a la deuda pública, déficit fiscal, índice de pobreza, turismo, monto del presupuesto, nómina de las entidades estatales, inflación, devaluación de la moneda, reservas internacionales del Banco Central, hogares afiliados al programa Solidaridad y otras variables relevantes para saber qué pasó? Entre los compromisos asumidos en su discurso del 16 de agosto de 2012 hay tres variables que sirvieron de plataforma en su agenda electoral y que no se cumplieron: un tratado de libre comercio con Haití, profesionalización del servicio exterior dominicano y el fortalecimiento del sistema judicial, que incluye un Ministerio Público independiente y eficaz contra los casos de corrupción.
“Estoy decidido a ponerle fin a la impunidad en nuestro país, mediante la lucha decidida contra la criminalidad y la corrupción. Respeto profundamente la autonomía del poder judicial. Y desde ese respeto, promoveré en todas las instancias la cultura de la legalidad y la transparencia. Vamos a fortalecer las capacidades del Ministerio Público en todo el territorio, tecnificando la investigación penal y la persecución del delito”, planteó en su primer discurso de toma de posesión.
Puso en marcha la Dirección Nacional de Ética e Integridad Gubernamental, que sustituyó a la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción. Su responsabilidad sería fomentar los comportamientos éticos e íntegros en la Administración Pública, con potestad para investigar las denuncias de corrupción por el solo rumor público. La entidad tendría autoridad para citar, interrogar, requerir informaciones a entidades públicas y privadas y aplicar sanciones disciplinarias, sin perjuicio de las que correspondan al Régimen Ético y Disciplinario de la Función Pública y a la Cámara de Cuentas.
En agosto de 2012 mencionó cuatro veces la palabra corrupción en el discurso de toma de posesión, pero cuatro años más tarde, en 2016, sólo fueron dos veces. En la última rendición de cuentas ante el Congreso, en febrero de 2020, sólo una vez la incluyó en el discurso. Los escándalos de corrupción fueron frecuentes, especialmente el de Odebrecht, la venta de terrenos del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), escándalos de sobornos en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), permisos de construcción en áreas protegidas y contratos cuestionados de grado a grado en el Ministerio de Obras Públicas, entre otros.
Informes del Banco Central, relativos al comportamiento de la economía en 2012, establecieron que el déficit del gobierno central ascendió a RD$153,803.2 millones (6.6% del PIB), debido a una caída en los ingresos fiscales y por un incremento del gasto público en un contexto electoral (El panorama es muy similar al actual). El impacto de la aplicación del 4% del PIB para la educación en el gasto público se toma en cuenta a partir de 2013, su primer año de ejecución.
En su primera comparecencia ante el Congreso para informar sobre su gestión, en febrero de 2013, el presidente Medina reportó un déficit de RD$133,405 millones, pero lo que no aclaró es que el corte de ese primer balance era sólo hasta septiembre, es decir, que faltaba el último trimestre del año. Las recaudaciones cayeron en RD$29,200 millones en 2012, aunque hubo ingresos extraordinarios por RD$13,446.2 millones por ganancias de capital por la venta de acciones en la Cervecería Nacional Dominicana y Chevron.
Ernesto Selman, del Consejo Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), en un análisis publicado en la página de esa entidad, afirma que (como siempre) el proyecto de ley se aprobó en el Senado de la República sin mayores discusiones, sin estudio previo en la Comisión responsable de evaluarlo y sin emitir una recomendación al Pleno. Posteriormente, se aprobó también en la Cámara de Diputados sin mayores discusiones ni un análisis profundo sobre el contenido.
El año 2012 se caracterizó por una nueva desaceleración de la economía europea y una lenta recuperación de la estadounidense. No obstante, la economía dominicana registró un crecimiento real positivo (3.9%), aunque inferior al crecimiento de tendencia potencial, impulsado básicamente por la expansión del gasto público, especialmente por el gasto de capital. El consumo privado también se incrementó, pero más moderado que en 2011. En el mercado laboral, la ocupación aumentó en 2.0%, progresión sustentada por el empleo asalariado, tanto privado como público.
Sin embargo, Selman destaca que la creación neta de empleo se distribuyó entre la mayoría de las ramas productivas, destacándose las tasas de crecimiento de electricidad, gas y agua y manufactura de zonas francas. Una característica del crecimiento de 2012 fue su concentración en las actividades de servicios, las cuales, con una tasa de crecimiento de 3.8%, aportaron el 74.6% del incremento total en el valor agregado.
“La razón de los déficits no ha sido una disminución de los ingresos, sino más bien un crecimiento excesivo del gasto”, afirmó la Asociación de Bancos Comerciales (ABA) en un análisis al resultado presupuestario de 2012. El documento también destaca que “el resultado fiscal del Gobierno se ha deteriorado. Durante 2004-2007 los déficits del Gobierno promediaron RD$13,000 millones (1.4% del PIB); en los años 2008-2012 el promedio fue de RD$70,000 millones (3.6% del PIB)”, destaca.
Los datos oficiales establecen que entre 2004 y 2012, antes del ascenso de Medina al poder, los ingresos acumularon un crecimiento de 165%, mientras que los gastos crecieron en un 234.6%, un sello que ha identificado las administraciones de los últimos 16 años en República Dominicana.
Deuda pública
La deuda pública consolidada ocupa uno de los primeros lugares por el aumento experimentado durante los años de gestión de Medina. Al cierre de 2012 era de US$25,064.9 millones, mientras que al cierre de abril de 2020 se ubicó en US$48,052.3 millones (52.3% del PIB), lo que significa un incremento neto de US$22,987.4 millones, es decir, un 91.7% en casi ocho años. Sólo en dólares, la presente gestión acudió 14 veces al mercado de bonos en dólares en el mercado internacional.
Sólo en el primero año, la deuda subió en US$3,202.6 millones, un 12.8%, al terminar en 2013 en US$28,267.5 millones. En lo que respecta a la deuda del sector público no financiero (SPNF), los compromisos pasaron de US$19,463.3 millones en 2012 a US$38,569.5 millones, para un aumento absoluto de US$19,106.2 millones, para un 98.2%, lo que equivale a casi doblar el monto respecto al cierre de los primeros cuatro meses de gobierno.
Según las cifras de la Dirección General de Crédito Público, del Ministerio de Hacienda (MH), la deuda del SPNF representaba en 77.6% al cierre de diciembre de 2012, pero a abril de este año esa proporción subió a un 80.3%.
La deuda del Banco Central también ha subido, al pasar de US$7,714.5 millones a US$11,941.8 millones, un aumento neto de US$4,227.3 millones, es decir, un 54.8% al finalizar abril de este año. En cuanto a las reservas internacionales, las cifras son alentadoras, a pesar de la caída de casi US$3,000 millones por efecto de las medidas para contener el aumento de la tasa de cambio. Entre 2012 y junio de 2020 pasaron de US$3,209.8 millones a US$8,008.9 millones, un aumento absoluto de US$4,799.1 millones, un 149.5%.
Devaluación del peso
Con excepción de lo que ha sucedido en este 2020, en que la pandemia por el covid-19 cuasi paralizó la economía, la moneda dominicana había experimentado un ritmo moderado de devaluación frente al dólar. Sin embargo, la pérdida de valor acumulada durante este período ha sido de 44.12%. El dólar pasó de RD$40.30 a RD$58.07, un avance neto del dólar de RD$17.78.
El dólar, según un trabajo publicado en este medio a principios de este año, ya venía ganando espacio frente al peso dominicano. Los datos del Banco Central establecen que avanzó un 5.1% frente el peso.
Turismo
Una de las metas propuestas por la gestión de Medina fue que en un lapso de una década el país reciba por lo menos a 10 millones de turistas. Cuando asumió la presidencia de la República el país cerró 2012 con 4.5 millones de turistas extranjeros, mientras que al cierre de 2019 ya eran 6.4 millones, una diferencia neta de 1.9 millón, para un 42.2%. ¿Qué significa esto? Que la presente gestión de ocho años equivale al 80% del tiempo de la meta, por lo que el aumento relativo es sólo la mitad de la proporción que le correspondía a Medina.
Cada año, según la meta propuesta, debieron ingresar por lo menos 550,000 nuevos turistas. Partiendo de los datos disponibles, a la gestión de Medina le correspondía agregar alrededor 4.4 millones de turistas, pero sólo sumó cerca de dos millones. En la planificación de la meta no se contemplaron dos imprevistos: la campaña en contra del país en 2019, cuyos efectos fueron calificados como importantes para los protagonistas del sector, y lo que se agregó en este 2020: la pandemia del coronavirus.
Nómina
El aumento de la nómina, tanto en monto como en cantidad de empleados, es otra de las variables que más se nota en la presente gestión. Aquí se destaca la contratación de personal en el sector educativo, producto de la aplicación del 4 del PIB para educación, y de más recursos en los sectores de salud y por la creación de nuevas entidades, como el 9-1-1, la patrulla de carreteras del Ministerio de Obras Públicas y el Teleférico de Santo Domingo, entre otros.
En 2015 comienza a funcionar el Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi), creado por los decretos 102-13, 461-14 y el 498-14, como la institución gubernamental responsable de la gestión de los servicios de Atención Integral para los niños y niñas de 0 a 5 años. Aunque es un órgano descentralizado funcional y territorialmente, está adscrito al Ministerio de Educación.
Aunque el número de empleados ha sido difícil de establecer, porque no hay claridad respecto a las nóminas que reportan las instituciones del Estado, en 2012 estimó en alrededor de 600,000 los servidores públicos, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, según la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), sólo cotizaban alrededor de 391,684 empleados. Al cierre de 2019 la cantidad de servidores públicos registrados era de 634,407, lo que indica una diferencia neta de 34,407, es decir, un 5.7%.
En los números disponibles respecto al monto erogado para el pago de salarios públicos, la diferencia resulta muy disímil a lo que plantean la cantidad de empleados registrados. La Tesorería Nacional, dependencia del MH, informó en 2013 los recursos a erogar para el salario 13 sumaban alrededor de RD$9,500 millones, es lo mismo que el pago mensual.
En diciembre de 2019, el ministro Administrativo, José Ramón Peralta, reveló que el monto ascendía a RD$19,922 millones. Según estas cifras, el monto destinado al pago de salarios aumentó en RD$10,422 millones de 2013 a la fecha, lo que equivale a un 109.7%, es decir, más del doble.
Lo que se pagó de salario 13 en 2018 fueron RD$17,086 millones, por lo que el aumento neto fue de RD$2,836 millones, para un 16.6%. Cuando se suma el monto a entregar por el sueldo regular, el total de recursos que circuló en diciembre sólo por los pagos del sector público ascendieron a RD$39,844 millones.
Como referencia, de RD$75,101.00 que era el salario del ministro Administrativo de la Presidencia en 2012, ahora está en RD$250,000, lo que significa un aumento neto de RD$174,899, es decir, un 232.9%. Esta dependencia tiene alrededor de 710 empleados.
De acuerdo con información de la Contraloría General de la República, a julio de 2012, un mes antes de Danilo Medina jurar como Presidente, la nómina del Gobierno central ascendía a 465,807 empleados, aunque la cantidad total, con las descentralizadas, era de 609,525. El pago mensual en sueldos, salarios y compensaciones era de RD$9,234 millones, incluyendo los ayuntamientos.
El PIB real, que en 2012 había crecido un 3.1% respecto a 2011 y que terminó en US$58,954.6 millones, para este 2020 se prevé un crecimiento cero en un escenario optimista. A abril de este año se había calculado en US$91,836.3 millones. Los organismos financieros internacionales y calificadoras de riesgo se mantienen en revisión constante de los pronósticos de crecimiento a raíz de los efectos del covid-19 en las economías más vulnerables.
El Presupuesto público, otra variable que sirve de parámetro para saber el comportamiento de la economía, pasó de RD$430,000.7 millones a RD$997,119.2 millones entre 2012 y 2020, aunque en este último año fue modificado por alrededor de RD$150,000 millones más para compensar los efectos de la pandemia. Al finalizar el año quedaría en RD$1,147.1 billones.
Ayudas sociales
Los hogares afiliados a Solidaridad pasaron de 618,080 a 899,354 hasta abril de 2020. Sin embargo, de acuerdo con la Administradora de Subsidios Sociales (Adess), los dependientes de ayudas del Estado pasaron de 2.6 millones a 3.2 millones en el período analizado, para una diferencia neta de 530,000 personas, para un aumento relativo de 20.1%.
Respecto al combate de la pobreza, aunque haya aumentado el número de personas que reciben subsidio del Estado, las estadísticas presentadas por las autoridades establecen que ha habido avances. La pobreza general pasó de 39.7% a 21% en este período, mientras que la pobreza extrema bajó de 9.9% a 2.7%.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2019 para el contexto nacional, la pobreza general se ubicó en 21.0%, lo que representa una disminución de 1.8 puntos porcentuales (p.p.), al comparar con el año anterior. Por su parte, la incidencia de la extrema pobreza se redujo 0.2 puntos porcentuales, al caer de 2.9% a 2.7%.
“Este modelo nos ha permitido sacar a más de 900,000 dominicanos de la pobreza. La estabilidad financiera y el manejo responsable de las finanzas es lo que nos va a permitir seguir avanzando en nuestra revolución”, afirmó el presidente Medina en su toma de posesión en agosto de 2016.
Austeridad de 2012
El presidente Danilo Medina tomó el poder en medio de una situación fiscal difícil, lo que obligó su gobierno a tomar medidas de austeridad para salvar el déficit heredado de la gestión de Leonel Fernández. Se propuso un ahorro mensual de aproximadamente RD$1,400 millones en lo que le tocó de 2012, que serían poco más de RD$6,450 millones, con medidas que incluyeron recortes en la inversión pública, control en el gasto de nómina, compra de combustibles y materiales gastables, así como en viáticos y otras variables.
Todos los pronósticos sobre la economía dominicana, por lo menos para 2012 y 2013, establecieron escenarios de estabilidad en el nivel de precios y tasas de cambio e interés, así como en el crecimiento del PIB. El plan funcionó, pues se logró el control sobre el índice de precios al consumidor (IPC), variable que ayudó a sustentar los pronósticos de crecimiento.
De hecho, la inflación anualizada, medida de septiembre 2011 a septiembre 2012, se colocó en 2.60%, lo que mantuvo las condiciones favorables para seguir adoptando una postura flexible de la política monetaria. En ese orden, el Banco Central informó que la inflación de septiembre fue de 0.65% respecto a agosto de 2012, lo cual ubicó la inflación acumulada enero-septiembre en 2.37%.
El decreto 499-12, que ordenó medidas de austeridad en el sector público, detalló de dónde se lograría el ahorro de agosto a diciembre de ese año. Entre las acciones se estuvieron: el ahorro de energía, telecomunicaciones, agua potable, combustibles, además se prohibió la compra de vehículos para las instituciones, la realización de fiestas, regalos y canastas navideñas.
El gobierno también subastaría alrededor de 1,000 vehículos de distintos tipos, principalmente de lujo y alto consumo. El Ministerio de Hacienda y la Dirección General de Bienes Nacionales, dentro de los planes de reducción de gastos iniciados desde de agosto por la administración de Medina, tienen inventariados las unidades que serán vendidas. Sin embargo, no se supo el balance definitivo de estas medidas de austeridad.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de su primera visita al país durante la gestión de Medina, afirmó que las perspectivas para el corto plazo representaban un reto para las autoridades, reflejando la necesidad de fortalecer el marco macroeconómico, incluyendo en particular ajustar significativamente la posición fiscal, y enfrentar los riesgos provenientes de la economía global.
Uno de los párrafos más claros presidente Danilo Medina, relacionadas con transparencia y lucha contra la corrupción, le leyó en su discurso de toma de posesión de su segundo mandato: “Quiero aprovechar esta ocasión, esta fecha sagrada del 16 de agosto, para renovar este compromiso con una patria en la que reinen la honestidad y la transparencia. Yo creo en un país con igualdad de oportunidades para todos. Con un Estado eficiente que no tolera privilegios ni exclusiones. Por eso, en un permanente diálogo con la sociedad dominicana, vamos a llevar a cabo un vigoroso programa de fomento de la transparencia, la institucionalidad y la lucha contra la corrupción”.