Las políticas monetarias expansivas, implementadas por el Banco Central dominicano desde el inicio de la pandemia, han incidido de forma positiva en la economía dominicana. Las inyecciones de más de RD$120,000 MM y unos US$622 millones, han contribuido notoriamente a la disminución de las tasas activas. Resulta crucial que los fondos para combatir el covid-19 se sigan canalizando de forma efectiva a los sectores productivos del país. La coyuntura actual es atípica, ya que el desempeño de la inflación y tipos de interés fomenta tanto la financiación como el ahorro e inversión.
Revisemos los factores en concreto que crean un entorno favorable para solicitar préstamos y ahorra e invertir. Para poder sobrellevar estos tiempos de coronavirus con cierta holgura, es muy probable que necesites financiación. Cabe resaltar, que debido a las intervenciones oportunas del Banco Central dominicano, la tasa activa promedio ponderada de los bancos múltiples ha bajado de forma pronunciada. Dicha tasa cerró el mes de marzo del presente año en un 13.2791%, y al 10 de junio, se colocó en un 10.6544%, lo que muestra una caída de casi 300 pbs.
La era de los bajos tipos de interés se alarga en el tiempo, por lo que podría ser viable contratar un préstamo con interés variable.
Por otro lado, la tasa pasiva promedio ponderada se ha mantenido básicamente inamovible durante el período del estado de emergencia. La tasa de los productos de ahorro e inversión finalizó el primer trimestre del 2020 en un 5.9980%, y al 10 de junio, se situó en un 5.6373%. El diferencial entre las tasas activas y pasivas se ha estrechado, lo que ha resultado en una disminución de unos 150 pbs en el spread de intermediación financiera de la banca múltiple.
Evidentemente, la inflación negativa no es favorable para ninguna economía. Por otro lado, la deflación o bajos niveles de inflación, es positivo para inversionistas o ahorrantes que tienen su dinero en certificados de depósito u otros productos de renta fija.
Las medidas de flexibilización han sido exitosas en mejorar de forma importante las condiciones monetarias, tanto para el prestatario como el inversionista.