[dropcap]L[/dropcap]a entrada al mercado dominicano de nuevas marcas de ropa y accesorios, así como la influencia de las tendencias internacionales, han modificado los patrones de consumo en algunos segmentos de la población.
Los dos factores determinantes de la decisión de compra, calidad y precio, empiezan a quedar relegados cuando se trata de lucir chic, elegante o a la moda, especialmente de parte de los consumidores más jóvenes . Así que ya no importa demasiado la durabilidad de una prenda cuyo precio supera por mucho el promedio del mercado, siempre que se ajuste a los parámetros de diseño y buen gusto asimilados consciente o inconscientemente.
La reciente apertura de nuevos y grandes centros comerciales en la capital ha sido el terreno fértil para el asentamiento de importantes marcas textiles internacionales, especialmente las afiliadas al grupo español Inditex, como Zara, Bershka, Pull and Beard, entre otras, que han calado en el gusto de los consumidores de moda.
[pullquote]Muchas de estas marcas internacionales son apreciadas por el mercado dominicano de manera distinta que en países desarrollados”[/pullquote]Estas tiendas ponen al alcance de compradores de clase media baja las ultimas tendencias de las capitales mundiales de la moda, representadas por exclusivas marcas, cuyos precios implican una veda para los bolsillos mas modestos.
“A la gente que le gusta la moda y sigue los grandes desfiles en las fashion weeks alrededor del mundo, pero no tiene dinero para comprarse una ropa Chanel o Louis Vuitton, van a estas tiendas que se han implantado en el país”, comenta Estefani Campos, periodista de moda y consumidora.
“Estas tiendas que tenemos aquí lanzan los diseños para las masas, aunque hay un cierto tipo de masas que no puede ni siquiera acceder a éstas”, agrega.
Muchas de estas marcas internacionales son apreciadas por el mercado dominicano de manera distinta que en países desarrollados.
Mientras en Europa, por ejemplo, son tiendas de ropa altamente asequible, en República Dominicana tienen cierto aire de exclusividad, provisto, en gran medida, por el nivel salarial más bajo del país.
Campos afirma, sin muestras de temor a equivocarse, que estas tiendan han calado en el gusto de la gente por sus atractivos diseños.
“Cuando compro ropa, priorizo la calidad y el diseño, pues para mí esto supone una inversión a mediano y largo plazo”, afirma Jessica Rodríguez, de 25 años profesional de las relaciones públicas.
Ella suele comprar en Zara, Mango, Casa Ivelisse o cualquier otra tienda que le ofrezca buenas piezas para trabajar, al margen del precio.
Para ella, Forever 21 es otra opción para piezas más informales y frescas, y a precios más asequibles. “Para este tipo de ropa no exijo tanta calidad, aunque debe aparentarlo”, manifiesta.
“Lo primordial para mí es que la ropa se vea de calidad y que tenga su valor en el tiempo, por eso no sigo tanto la moda. De ahí que prefiera piezas atemporales y clásicas, pero con diseños atractivos”.
Aunque estas marcas generalmente superan la media del mercado, su éxito radica en un cóctel que ha demostrado tener resultados: dar la impresión de buen gusto y sofisticación. Esto atrae a los compradores ávidos por dar a su guardarropa un aire cosmopolita y acorde con las principales tendencias de la moda.
Con todo, el gasto familiar en este rubro de consumo debe ceñirse a la disponibilidad de presupuesto luego que se cubren otros aspectos como vivienda, transporte o comida.