En sentido general, es atípico que en estos momentos baje la prima de riesgo de cualquier país a nivel internacional. Se podría decir que hasta cierto grado, es normal que el riesgo soberano de todo el mundo tenga una tendencia alcista. Una noticia positiva, dentro de un panorama global incierto, es que el riesgo país de República Dominicana ha disminuido desde el inicio de la pandemia. También, la caída de ingresos por remesas y exportaciones podría ser menos pronunciada de lo previsto.
El spread de nuestros bonos soberanos ha ido disminuyendo sustancialmente, incluso durante estos tiempos de pandemia. A 17 de marzo de 2020, el riesgo país de RD se colocó en 8.81%. Por otro lado, a 28 de mayo de 2020, la prima de riesgo se situó en 5.82%, lo que muestra una caída de 299 pbs. Aunque el riesgo soberano criollo continúa ligeramente por encima del promedio de Latinoamérica, la tendencia durante estos meses de encierre económico ha sido hacia la baja.
El comportamiento favorable del EMBI de RD podría ser indicativo de una recuperación económica más acelerada de lo previsto, sobre todo en términos de la IED. Además, en caso de que fuera necesario, todavía tenemos acceso a financiación relativamente económica a través de los mercados internacionales de capital.
Las remesas recibidas en República Dominicana durante los meses de enero (US$586.9) y febrero de 2020 (US$596.2) superaron las del mismo período de 2019 (aunque cabe resaltar que en marzo cayeron de forma marcada). El 77.5% y 9.5% de las remesas enviadas por la diáspora dominicana provienen de Estados Unidos y España respectivamente (ambos países también han iniciado la reactivación gradual de sus respectivas economías).
Muchos dominicanos que residen en los países previamente mencionados han recibido cheques de estímulo y otros subsidios gubernamentales. Esto último podría amortiguar hasta cierto punto, una caída brusca por concepto de envío de remesas a RD.
La depreciación de cualquier moneda, y en concreto del peso dominicano, típicamente fomenta las exportaciones. Podríamos aprovechar la coyuntura actual para impulsar las exportaciones de productos “made in Dominican Republic”. Por supuesto, el desempeño de tanto las exportaciones como el consumo a nivel interno variará en función de la demanda.
Está claro que las proyecciones económicas no son alentadoras para lo que resta del 2020, pero si la pandemia lo permite, podríamos llevarnos alguna que otra sorpresa positiva.