La Ley 541 que regula el turismo en República Dominicana debe ser modernizada junto a todas sus normativas pero, sobre todo, se deben imponer penalidades a las personas y empresas del sector que operen de manera irregular y sin observar los protocolos que requerirá el país en un mundo afectado por el covid-19.
El planteamiento lo hizo Elizabeth Tovar, presidente de la Asociación Dominicana de Operadores de Turismo Receptivo (Opetur), en el marco del conversatorio online de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur). “La Ley 541 es muy débil porque se creó cuando no había turismo en el país”, dijo.
Destacó la necesidad de “adaptar las nuevas normativas y, sobre todo, imponer penalidades”. Citó como ejemplo que si las autoridades retiran a un vendedor turístico irregular de una playa y al momento se vuelve a instalar, el país perderá competitividad porque los demás destinos de la región sí cumplen con sus regulaciones.
“Habíamos operado cómodamente y los ilegales operaban a la par con nosotros, pero ya eso no podemos hacerlo, porque hay que competir aún más. Y si no competimos con personal entrenado y que garantice el turismo, nosotros vamos a perder el liderazgo a nivel internacional”, dijo.
Tovar participó en el conversatorio moderado por el presidente de Adompretur, José María Reyes, junto a Ana Santelises, de la Asociación de Agencias de Viaje (Adavit), y Jacinto Fernández, de la Asociación Dominicana de Operadores Turísticos (Adotur).
Respecto a la pandemia del covid-19, que hasta la fecha ha infectado a 15,264 personas en el país, con 468 fallecidos, Tovar la definió como “una tragedia para el mundo”, al tiempo que se solidarizó con todos los afectados.
“El turismo dominicano ha sido afectado enormemente, porque fuimos los primeros en cerrar y quizá seamos los últimos en recibir nuestra materia prima, que son los turistas”, lamentó.
Consideró que, en la nueva realidad que plantea la pandemia del covid-19, las empresas locales son clave para relanzar el sector. “Nosotros somos los que llenamos los hoteles en los siete meses en que no hay (turismo) internacional, con tarifas más altas y pagando mucho más impuestos”, dijo.
“No vamos a ser los mismos de antes, tendremos que tener más empatía, menos comercialismo”, consideró.
Dijo que cuando el sector se abra por disposición del Gobierno el sector tendrá que ofertar un amplio catálogo de destinos internos.
“Tengo la impresión de que el dominicano no es el mismo (…) creo que estamos buscando ver cosas que no sean nada más que cemento; creo que estamos buscando algo así como mucha naturaleza, montañas, sitios que no habíamos descubierto antes pero, sobre todo, sitios que nos den la seguridad de que siguen ciertos protocolos que nos hagan sentir seguros”, estimó.
“El verano para vender”
Ana Santelises, de la Adavit, consideró que los turistas se sentirán más cómodos en hoteles pequeños o en los denominados boutiques de las grandes cadenas, una vez se reabra el sector turístico.
También entiende que se inclinarán por montañas y playas para tener contacto con la naturaleza después de un largo encierro impuesto por el covid-19.
Santelises dijo que las pequeñas empresas del sector cargan con el peso de mantener su plantilla para evitar perder al personal calificado. “Nuestro servicio está basado cien por ciento en el personal”, resaltó.
Recordó que el Gobierno y la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajan en la elaboración de protocolos para que las actividades económicas, como el turismo, puedan volver a desarrollarse con seguridad.
“Los hoteles están trabajando con su protección. Estamos hablando de julio y tenemos el verano para vender. Esta cuarentena a todos nos ha enseñado que quedarnos en casas dos meses hace que muchos estén ansiosos de salir”.
Mientras, Jacinto Fernández, resaltó que existe una gran oportunidad en la renta de villas, ya que los turistas se pueden sentir más seguros en términos sanitarios.
Fernández abogó porque, dada la crisis asociada al covid-19, “la carga impositiva de las empresas intermediarias de turismo sea aligerada”.
Recordó que la mayoría son micro empresas, con entre cinco y diez empleados, razón por la que ahora mismo “con la situación, no están viendo la luz al final del túnel”.
“Las empresas intermediarias de turismo, en general, están en crisis. El 95% de las empresas dedicadas a desarrollar el turismo son pymes”, sostuvo.
“No es solo una crisis a nivel de salud, es económica y muchos colegas se están viendo en una situación insostenible. Lo peor es que no ven la luz al final del túnel porque no sabemos cuándo van a empezar a operar”, sostuvo el presidente de de la Adotur.