El precio del dólar, entendiblemente, siempre ha sido uno de los principales focos de atención tanto de personas físicas como empresas en República Dominicana. La pregunta que todo el mundo se está haciendo es qué tanto se devaluará el peso dominicano (DOP) frente al billete verde en 2020. Por supuesto, cuantificar esta información en estos momentos es imposible. Dicho esto, existen un sinnúmero de factores que apuntan a una depreciación más pronunciada este año que en otros anteriores.
Primero, cabe resaltar, que hasta en tiempos de estabilidad económica, las monedas blandas, como el caso del peso, casi siempre se depreciarán frente a monedas duras. El factor en el que debemos fijarnos es en el ritmo de depreciación. El peso dominicano se ha mantenido relativamente estable comparado al USD, es decir, se ha devaluado aproximadamente entre un 2% y 6% anual en la última década.
La autoridad monetaria de nuestro país ha inyectado miles de millones de dólares a la economía dominicana desde antes del inicio de la pandemia (enero – mayo 2020). El Banco Central (BR) dominicano ha puesto a disposición de los agentes económicos más de US$1.2 millones mediante diferentes facilidades (repos, liberación encaje en USD, financiación de FMI, entre otros) y unos US$1.9 millones inyectados directamente al mercado cambiario a través de su plataforma electrónica de negociación de divisas.
Además, el supervisor monetario cuenta con más de US$8.6 mm en reservas internacionales (a mayo 2020), lo que también contribuye a frenar la depreciación a través de intervenciones puntuales o recurrentes en el mercado forex local. Como pueden comprobar, el BC ha hecho un esfuerzo extraordinario para paliar el efecto alcista del peso vs el USD.
Sin dudas, que estas políticas monetarias expansivas son de gran ayuda para aliviar la presión cambiaria. No obstante, son insuficientes a largo plazo (sectores generadores de divisas deben ir contribuyendo de forma gradual y en paralelo con las medidas expansivas), debido a la crisis sanitaria que está azotando con fuerza la actividad comercial a nivel mundial (y claro, está fuera de nuestro control, es decir, se interviene en el mercado cambiario en función del comportamiento del covid-19).
De acuerdo a lo mencionado anteriormente, hay diversos factores que actualmente están generando presión en la tasa de cambio. Ya sabíamos desde antes del inicio de esta terrible pandemia que el DOP se depreciaría contra el dólar debido a la incertidumbre política.
Por otro lado, la crisis sanitaria forzó a que la economía dominicana se mantuviera prácticamente cerrada durante casi tres meses. Mientras la gran mayoría de negocios se encontraban inoperativos, sí permanecieron abiertos los sectores esenciales, tales como el farmacéutico y minorista (supermercados). Los que necesitaban continuamente comprar altas sumas de dólares para combatir la crisis del coronavirus.
La incertidumbre es enemiga de cualquier mercado, lo que siempre genera especulación y volatilidad. La verdad es que no existen acontecimientos que puedan producir mayor inestabilidad que la actual crisis sanitaria. Hay que puntualizar que aunque se inyecten miles de millones de dólares a la economía, pues resulta muy cuesta arriba sustituir más de US$30 mm que recibió el país por concepto de turismo, IED, remeses y exportaciones el año pasado.
Cualquier banco central que implemente políticas monetarias expansivas (inyecciones de miles de millones de pesos para combatir la crisis sanitaria), como es el caso de RD, pues generará un efecto devaluatorio en la moneda. Ante la incertidumbre del desempeño de la tasa de cambio, algunas empresas también están comprando aún más dólares en el presente (mayor demanda USD) para aprovechar mejores precios.
En fin, estos son algunos de los principales factores que están generando un efecto devaluatorio en el peso dominicano. Hasta cierto punto, es normal que cualquier moneda a nivel mundial se deprecie a raíz de una situación sanitaria sin precedente. Incluso, durante este sombrío panorama global, la moneda local se ha devaluado menos que muchos de sus pares de la región.