[dropcap]L[/dropcap]a decisión del Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal y Animal de Estados Unidos de prohibir las importaciones de 18 frutas y vegetales si su procedencia es de República Dominicana, ha sido interpretada de diversas formas por expertos y no tan expertos en la materia.
Algunos elementos salen a flote, como el hecho de que el Gobierno dominicano, a través del Departamento de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, se ha descuidado en los controles fitosanitarios y eso causó la entrada de la Mosca del Mediterráneo a territorio dominicano.
También se ha informado que de los 18 productos a que hace referencia Estados Unidos, solo cinco son sensibles para los dominicanos, porque son los que se exportan hacia territorio norteamericano (aguacate, ajíes, tomate, limón y mango).
En sentido general, las exportaciones de esos productos dominicanos hacia Estados Unidos no tienen una gran importancia en la economía, ya que representan posiblemente el 1% de las exportaciones totales del país.
Lo malo de esta situación no es tanto la suspensión de las exportaciones de esos productos, sino el hecho de que, si bien una buena gestión del Gobierno en materia de controles y sanidad puede hacer que la veda de Estados Unidos sea levantada rápidamente, a los productores dominicanos les será muy difícil recuperar a los clientes que ahora están buscando en los países de Centroamérica a nuevos suplidores de las frutas y vegetales que nuestros productores están dejando de exportar.
También está el hecho de que otros países también podrían tomar la medida de impedir importaciones de productos dominicanos. Afortunadamente, hasta ahora eso no ha ocurrido, porque Canadá ha aceptado productos vedados por Estados Unidos y Rusia expresó recientemente su interés por frutos y vegetales de producción nacional.
Sin embargo, Haití decretó de inmediato una veda a los frutos y vegetales dominicanos. En términos económicos la medida del vecino país no tiene mucho impacto, debido a que no hay exportaciones locales de esos productos hacia esa nación.
La decisión de Haití más bien obedece al hecho de que esa nación es exportadora de aguacates y mangos hacia Estados Unidos. Incluso, Haití comenzó a exportar aguacates primero que República Dominicana, por lo que tienen más experiencia en esa área y a manera de prevención procedió a vedar las importaciones de productos locales para evitar la entrada de la Mosca del Mediterráneo y no correr el riesgo de que Estados Unidos también le aplique la veda.
También es lamentable el hecho de que las exportaciones de frutas y vegetales estaban el pleno proceso de desarrollo, con la incursión de pequeños y medianos productores no tradicionales que están generando divisas con base en un proceso de comercialización con miras al exterior, lo cual es favorable.
No hay que perder de vista el hecho de que si bien esos productores agrícolas exportadores contribuyen con el desarrollo económico en las comunidades donde operan, su aporte en términos de pago de impuestos es mínimo, debido a las exenciones de que disfrutan.
Además, también su aporte en términos de generación de empleos se torna cuestionable, toda vez que la gran mayoría de la mano de obra que usan para sus procesos de siembra, cosecha y empaque está compuesta de ciudadanos haitianos indocumentados. El uso de mano de obra dominicana en esas fincas productoras de frutas y vegetales de exportación es mínimo. No es un secreto, que los exportadores de esos productos prácticamente se lo ganan todo.
Pero lo anterior no debe ser motivo para minimizar el impacto económico y social que tiene la veda de Estados Unidos a los productos agrícolas nacionales.
Hizo muy bien el ministro de Industria y Comercio, José del Castillo Saviñón, cuando informó que para el Gobierno esa situación es de alta preocupación y se deben tomar medidas correctivas para recuperar lo antes posible al menos una parte del espacio perdido por la detección de la Mosca del Mediterráneo.
En tanto que, hizo muy mal el director del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), Jean Alain Rodríguez, cuando intentó restar impacto e importancia a esa situación, con el argumento de que sólo cuatro productos serían afectados.
El Gobierno tiene la responsabilidad y el deber de actuar rápido y bien, para liberar al país de esta veda de parte de Estados Unidos.