El Índice Báltico (Baltic Dry Index o BDI) se creó en el año 1985 y mide la evolución del transporte marítimo de las materias primas más comercializadas a nivel mundial. Inicia diariamente a la 1:00 p.m. de Londres y se realizan encuestas a los propietarios de navíos. Dichas personas ofrecen información del coste medio por tonelada con el que fletan sus buques.
Esta medición es muy útil, entre otras razones, porque muestra la demanda real existente de materias primas y el número de contratos de transporte en las principales rutas marítimas globales. Por ejemplo, si el índice aumenta, significa que la demanda de materias primas sube y con ello la producción. Y se acelera la expansión económica a nivel universal. Por esto último, el Baltic Dry Index es considerado como un barómetro fiable de la economía.
El BDI, que en septiembre de 2019 cotizaba por encima de los 2,500 puntos, cayó súbitamente hasta los 411 puntos que marcó el pasado 10 de febrero. Incluso, la bajada pronunciada ocurrió previo al pánico que se desató días después en los mercados bursátiles mundiales, mostrando su eficacia como indicador adelantado del panorama económico.
Desde entonces, se ha venido recuperando gradualmente hasta los niveles actuales, ubicándose en 617 puntos a 1 de mayo, y que son máximos no vistos desde febrero de 2020. Lo que equivale a un marcado aumento de aproximadamente 50% en 2 meses.
El comercio a nivel global está comenzando a dar señales de vida después de que una de las mayores potencias y el mayor vendedor global, China, haya reiniciado su actividad comercial. Otros países occidentales, como Estados Unidos, España y Alemania, ya han puesto en marcha medidas para reactivar sus respectivas economías.