Los seguros de vida incluyen la muerte por pandemia, como por cualquier muerte a menos que el afiliado no haya mentido de alguna enfermedad o actividad peligrosa, y muere por estas causas antes de cumplir los dos años de indisputabilidad. Pero esto no pasa con los seguros de Salud, donde expresamente está excluida de las coberturas los costos de los padecimientos. No solo en los seguros normales de salud familiar, también en los complementarios, voluntarios y los seguros internacionales.
El covid-19 está postrando al mundo, las economías, las actividades, a la humanidad, y lo más terrible de todo, son las consecuencias que nos quedarán aquellos que pierdan sus familiares cercanos y partan sin poder abrazar, ni encontrar hombros suficientes para mitigar su dolor, y es cuando más vamos a necesitar de la solidaridad. Pues esa solidaridad ha ablandado los bolsillos y los corazones de las empresas aseguradoras, quienes todas han accedido a cubrir así como la indemnización por muerte, también los costos de los padecimientos del terrible virus.
El mercado asegurador global está viendo caer sus ventas y, peor aún, sus cobros y sin poder endurecer sus acciones, ya que al igual que la banca, se verán en la obligación de flexibilizar sus condiciones, con tal de no perder sus clientes, cuando necesariamente todo se regularice.
Es verdad que las reclamaciones por los días de confinamiento se reducirán, sobre todo en el ramo de vehículos, y tal vez en los de riesgos generales, pero así como dijimos en el caso de salud, también en el de sepelios y todos los relacionados con el área de personal, las pérdidas se elevaran los suficiente para producir grandes pérdidas al mercado. También tenemos que considerar, que los beneficios por tesorería y el flujo de caja se reducirán bastante.
Cuando todo se normalice, lo que esperemos con la cooperación de todo, sea lo más pronto posible, veremos un aumento de los accidentes, ya que todos querremos salir adelantar lo que nos atrasamos, pero ante estas circunstancias se incrementan los siniestros fraudulentos, y con el agravante que tal vez seamos de los sectores donde la normalidad llegara más lento porque dependemos de las bondades de los demás sectores a quienes cubrimos sus bienes y actividades.
Por otra parte, no puedo terminar sin antes felicitar a nuestro mercado asegurador, donde las aseguradoras están protegiendo a sus empleados y sus clientes, dando asistencia desde sus hogares a través de la tecnología con el teletrabajo y respondiendo a sus obligaciones con mucha responsabilidad. Como también, han garantizado la permanencia de la empleomanía a pesar de las circunstancias adversas que estamos enfrentando.