La gran mayoría de los seres humanos aprenden cometiendo errores o cuando tiene la espalda entre la espada y la pared. Lamentablemente, a veces tenemos que aprender a la fuerza. Ni lo bueno ni lo malo dura para siempre. Con el aporte de todos, la crisis del coronavirus finalizará, pero nos dejará lecciones para aplicar en todos los ámbitos de nuestras vidas.
El aprendizaje más contundente es la importancia de la inversión pública en el estado de bienestar. Queda claro que la salud pública y los servicios sociales deben ser la máxima prioridad de cualquier gobierno.
La economía y el dinero no sirven para nada si no tomamos conciencia sobre los factores más importantes de la vida. Y, cabe señalar, que el medio ambiente se ha limpiado considerablemente durante estos tiempos de confinación. Debemos seguir cuidando el planeta para evitar otra situación caótica de cara al futuro.
Además, esta crisis sanitaria marcará un antes y un después en términos sociales y económicos. Sinceramente, hay que redefinir el concepto de volver a la normalidad. El teletrabajo será un componente integral en República Dominicana.
Lo importante es la productividad y no las horas del día que estés en tu lugar de trabajo. La forma de saludarnos probablemente no será igual y el espacio personal se agrandará. En cuanto a la economía, en principio, y hasta cierto grado, podría haber una preferencia hacia el proteccionismo. Los países van a intentar cambiar las cadenas de suministros y diversificar sus mercados para no depender de uno solo.
La economía posiblemente será menos propensa a los altibajos que estamos viendo hoy día, pero seguramente la producción resultará más costosa. Seguirá habiendo un auge en todo lo relativo al e-commerce y la economía digital en sentido general.
Sin dudas, que los aprendizajes que dejará esta pandemia a nivel personal serán notorios. Una de las cualidades que todo ser humano debe tener es empatía. Y ahora más que nunca, hemos aprendido a ser solidarios por el bienestar colectivo de la sociedad. Creo que esta cuarentena nacional nos ha dado el tiempo de redefinir nuestros objetivos profesionales y personales.
Esta terrible epidemia nos ha enseñado a tener más paciencia, trabajar en equipo y valorar las cosas que realmente importan en la vida. En fin, siempre debemos contar con un plan de contingencia y fondo de emergencia económico, precisamente para poder sobrellevar los tiempos difíciles.
Lo cierto es que saldremos más fuertes que nunca de esta crisis y juntos volveremos a reconstruir nuestro futuro.