Todos sabemos que las micro, pequeñas y medianas empresas constituyen el soporte económico de millones de hogares y personas en el mundo, y son parte esencial del tejido empresarial global. Por estas razones, y en medio de la pandemia generada por el coronavirus covid-19, no hay que ser adivino para saber que este tipo de unidades productivas serán las más afectadas cuando se empiece a realizar el balance económico dejado por este virus letal.
Actualmente, organismos internacionales y gobiernos nacionales hacen ingentes esfuerzos para que los negocios no cierren y por que no se pierdan empleos y salarios, dada las repercusiones que esto pudiera tener para el futuro económico de los países y, en particular, para las familias e individuos. A este respecto, la lucha es y seguirá siendo ardua, sobre todo porque nadie ha averiguado la fórmula para hacer que empresas, que no vendan los productos y servicios que fabrican, se mantengan abiertas y asumiendo costos laborales y de insumos, y también porque nadie sabe cuándo esto se detendrá.
Lo que sí es cierto es que el mundo cambió, y que este nunca será igual a como lo conocíamos hace apenas un par de meses. Se prevé que hasta la forma de pensar y de hacer negocios tendrá que modificarse en lo adelante. Por eso, repensar las empresas en estos tiempos críticos de la salud y las economías es más que una obligación, una imperiosa necesidad.
Las tareas de comprar insumos y factores para la producción, producir bienes y servicios y comercializarlos, además de realizar la gestión de cobros, deberá inaugurar una manera de implementarse. De hecho, muchos negocios deberán transformarse y, dentro de esa transformación, la virtualización jugará un rol fundamental.
Pero no es solo la digitalización de las tareas, o la implantación del teletrabajo, sino también la manera en que se establecen relaciones con los clientes y proveedores, y hasta con los propios empleados. No se tiene claro si esto será para mejor o peor, pero estas nuevas formas tendrán lugar en el nuevo escenario de las relaciones comerciales.
Así también, los propietarios de empresas, sobre todo a nivel de las micro, pequeñas y medianas, se tendrán que reinventar en sus actuaciones y en su rol dentro del negocio. De ahí que hemos elaborado una serie de ideas que buscan ayudar a que las Mipymes, sobrevivientes del coronavirus, y aquellas que de seguro entrarán a los mercados, porque toda crisis siempre trae nuevas oportunidades, puedan enfrentar mejor el mundo caótico y la incertidumbre que les espera.
- Lo primero que ha dejado a los pequeños negocios esta pandemia es que hay que estar preparado para nuevas crisis, nuevos virus. En ese escenario, lo primero que debe hacer un empresario es conocer su realidad, es decir, sus fortalezas y debilidades. De una vez por todas, los pequeños empresarios tienen que poner en blanco y negro las cuentas de su negocio. Estos son tiempos de sincerarse con usted mismo.
- Planificarse será una tarea permanente, pues ya no se le puede dejar nada a la suerte. Sin embargo, esta planificación deberá ser cada vez de menor plazo y con un seguimiento permanente a los resultados de la implementación del plan. Los ajustes a los planes también se proyecta como una tarea de corto plazo.
- Realizar un ejercicio consciente de identificación de los costos de la empresa, de modo que a partir de ahora se utilice en el proceso productivo lo estrictamente necesario y prescindir de todo aquello que no genera valor para el negocio.
- Ser más eficiente en lo adelante debe convertirse en un estilo de vida, pues el cúmulo de desperdicios, la pérdida de tiempo en el trabajo y los gastos que no aportan a la producción, deben ser parte del pasado.
- Haga un esfuerzo y trate de conocer mejor a sus clientes, lo que quieren, cómo lo quieren, para que puedan responder mejor a sus necesidades y aspiraciones.
- Rediseñarse para las Mipymes será una tarea obligatoria, cuando no una necesidad. Conviene que aquellas empresas que puedan iniciar la digitalización de sus procesos lo hagan a la brevedad, pues esto permitirá no solo un incremento en la productividad, sino también, un ahorro de recursos, en el corto y mediano plazo.
- Separe de su negocio todo aquello que hace de manera personal; esto le ayudará a tener una mayor claridad con relación a sus cuentas, ganancias y utilidades. Después de ahí usted puede repartir lo que quiera y con quien quiera.
- Con el covid-19 y las medidas del Gobierno para apoyar a las Mipymes, ya nos dimos cuenta que estar formalizados frente al Estado tiene sus ventajas. Por eso, a partir de ahora trate de cumplir con sus obligaciones tributarias que, si se presentan nuevas crisis sanitarias o de otra índole, de seguro algo le tocará de las políticas y medidas de política que implemente el gobierno.
- Aproveche los recursos financieros puestos a disposición de los bancos comerciales por parte del Banco Central, pues es casi seguro que las condiciones que se ofrecen actualmente sean mejores que las que usted tiene actualmente como cliente.
- Evalúe las medidas que han tomado los bancos con los cuales usted hace negocios, pues puede aprovechar y beneficiarse de la flexibilización de tasas, plazos de pagos y renegociación de deudas, pagos de tarjetas de créditos, líneas de crédito, entre otras.
- Por último, compórtese como un verdadero empresario y no como un comerciante; esto implica mirar más en el mediano y largo plazo y piense que su inversión debe perdurar por encima de las crisis, ya sean sanitarias, económicas y políticas.