Ante la crisis que atraviesa el mundo por los efectos del nuevo coronavirus, muchos países de América Latina optaron por establecer una cuarentena social con la que buscan contener la propagación del covid-19.
En República Dominicana, el presidente Danilo Medina, emitió un decreto mediante el cual extendió por quince días el toque de queda de 5:00 p.m. a 6:00 a.m. en todo el territorio nacional.
Durante la celebración de esta Semana Santa quedan prohibidas las actividades religiosas en las iglesias, como es tradición en el pueblo dominicano. Además, un estado de excepción establecido en el país desde 19 de marzo hasta el 13 de abril, aunque el Gobierno busca su extensión.
En Brasil, Sao Paulo, decidió prorrogar hasta el 22 de abril la cuarentena decretada hace dos semanas y que ha paralizado casi por completo al corazón industrial del país.
El presidente Jair Bolsonaro se opone a esas medidas restrictivas, convencido de que “el pueblo precisa trabajar” y de que la parálisis económica en que se ha sumido el país tendrá efectos “peores” que la pandemia.
Ecuador, el segundo país con más muertos en Latinoamérica, suspendió ante el inicio de la Semana Santa todos los eventos masivos y también la jornada laboral hasta el 13 de abril.
De igual manera, endureció las medidas que limitan el tránsito de vehículos para frenar la propagación del virus en un territorio, en donde el 80% de la población se declara católica.
En el caso de Nicaragua, el presidente Daniel Ortega, aún no ha decretado cuarentena ni ha suspendido las actividades masivas, pese a que ya se han registrados casos positivos. Los medios especulan sobre la salud del mandatario debido a su desaparición de los actos públicos.
Sin embargo, los comercios y colegios privados han suspendido actividades, al tiempo que iniciativas ciudadanas promueven la cuarentena entre los habitantes.
Desde el pasado 19 de marzo, Chile se encuentra en estado de excepción por catástrofe, con una duración de 90 días. Asimismo, el 22 de marzo se declaró toque de queda en todo el territorio, mientras que el 26 de marzo se dictó cuarentena en siete sectores de Santiago.
En Venezuela la crisis sanitaria provocada por el covid-19 se agrava debido al deterioro económico y social que vive el país desde hace años, lo cual hace que la cuarentena impuesta por el Ejecutivo se torne en un difícil obstáculo que superar para una parte de la población que vive sin apenas recursos.
Perú también está evaluando imponer un confinamiento total a la población los próximos días jueves y viernes, que son festivos por Semana Santa.
“Esta semana o quizás dos son difíciles porque los casos van a incrementarse aún más”, dijo el presidente Martín Vizcarra al insistir en que la población debe hacer un esfuerzo más por permanecer en sus casas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es reacio a una cuarentena obligatoria, mientras los empresarios exigen acciones que permitan preservar el empleo frente a la paralización de las actividades económicas no esenciales.
De su lado, el Gobierno colombiano anunció el pasado lunes que la cuarentena que comenzó en el país el pasado 25 de marzo se prolongará hasta el 27 de abril, luego de que algunos grupos criticaran una propuesta de “aislamiento inteligente” para que algunos sectores pudieran retomar su actividad.
En Argentina tampoco se descarta una extensión del aislamiento social preventivo obligatorio, decretado desde el 20 de marzo hasta el próximo 13 de abril, y que el Gobierno dice que permite “ganar tiempo” y evitar el contagio masivo. Sin embargo, es posible que esa extensión sea solo para determinados grupos de la población.
Paraguay no ha hecho ningún anuncio sobre ampliar la cuarentena, que restringe los movimientos de circulación para personas y vehículos hasta el 12 de abril y que fue endurecida ante la desobediencia ciudadana observada en la última semana.