Ningún país, ninguna persona, pero tampoco ninguna empresa estaba preparada para enfrentar este fenómeno del nuevo coronavirus que afecta en la actualidad a muchas naciones. Por esa razón, el Estado debe analizar la capacidad de resiliencia de cada sector productivo y crear opciones para mitigar impactos de fenómenos naturales.
En ese sentido, el economista Roberto Mella Cohn destaca la importancia de tener un fondo de desempleo para aminorar las consecuencias económicas en momentos de crisis, como las que traerá consigo el covid-19 y la de cualquier otro fenómeno que pueda afectar la economía.
A solo 14 días de las medidas de distanciamiento decretadas por el Gobierno y que paralizan las operaciones de empresas no vinculadas a servicios o ventas de artículos básicos, dos grandes compañías empleadoras anunciaron la interrupción de contratos de trabajo a sus colaboradores.
“Estamos hablando de miles de personas que se van a sus casas, que tenían su vida planificada con un sueldo de RD$50,000 y hoy en día tienen que ajustarse a RD$8,500”, dice Mella Cohn, en relación a la sombrilla que oferta el programa de Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (FASE) tras una suspensión de contrato.
El economista y empresario indica que hay que “poner sobre la balanza y evaluar esta situación”. Entiende que este tipo de acciones se evitan cuando se destina una proporción de los ingresos para tener un fondo de desempleados que sería tan necesario como los fondos de pensiones y otros fondos en beneficio del empleado.
Entiende que un fondo de desempleo creado por empleadores y empleados sería utilizado solo en casos de emergencias que afecten las condiciones de trabajo de los colaboradores y evitaría la suspensión de cualquier persona.
“Con esto se les brinda mayor tranquilidad a las personas que en este momento han sido paralizadas o despedidas, pues contarían con recursos para seguir percibiendo sus ingresos de contrato laboral”, dice.