El coronavirus covid-19 está causando estragos en todo el mundo. Hay más de 742,000 casos confirmados y más de 36,000 muertes, mientras las economías más poderosas del mundo están replanteándose su futuro. Las proyecciones de hace apenas tres meses ya no sirven. Estados Unidos, que ha pasado a liderar la tabla mundial de contagios, superando incluso a China, ha aprobado un paquete económico de US$2,000 millones, considerado el mayor de la historia estadounidense.
República Dominicana, que había estimado un crecimiento económico del 5% para este año, tampoco está en capacidad de prever cuánto terminará expandiéndose el producto interno bruto (PIB). Estimar qué sucederá es simple en el caso de la economía dominicana, aunque no en qué proporción. Los principales sectores generadores de divisas del país, como turismo, remesas, zonas francas y las exportaciones agrícolas, entre otros, han sido afectados por la crisis sanitaria del coronavirus.
Para frenar la pandemia, anteponiendo la salud como una variable fundamental para la existencia del ser humano, las autoridades de todos los países han pedido unidad a todos los ciudadanos, ya que sólo juntos, con medidas coordinadas de aislamiento, es que se puede contener el avance del covid-19.
La unidad en el combate al virus, sin embargo, debe expresarse en que cada familia se quede separada, confinada, apartada, aislada y sin mantener contacto exterior, ya que es la única medicina conocida y factible para evitar que la crisis sanitaria se salga de las manos. Lo importante para República Dominicana, a ver si puede contener el impacto en el sistema sanitario, es prever tomando como referencia la experiencia de España, Italia e Irán, países que han visto colapsar los hospitales y demás centros de atención médica.
Las autoridades dominicanas están compelidas, más específicamente obligadas, a actuar con responsabilidad ante este mal que afecta al país. La economía habrá que recomponerla, sí, pero ahora lo que debe primar es la salud de las personas. Los actos de irresponsabilidad de algunos ciudadanos, que aún no han entendido la magnitud de la crisis, deben ser tratados o calificados como atentados a la salud pública.
Debemos estar juntos, eso es cierto, pero sólo en la unidad de criterio y estrategia. Lo mejor será quedarse en casa.