La agencia de calificación de riesgo Standard and Poor’s (S&P) reafirmó este viernes la máxima calificación crediticia para el Banco Central Europeo (BCE) con perspectiva estable a pesar de la crisis del coronavirus.
En un comunicado S&P explicó que confirma la matricula de honor (AAA/A-1+) con “perspectiva estable” porque el BCE tiene una “alta flexibilidad monetaria” y porque los Estados miembros de la eurozona tienen, “de media, una alta calificación de sus bonos soberanos”, dos características que se van a mantener además “por al menos los dos próximos años”.
Asimismo, argumenta la agencia, el euro es “la segunda divisa más empleada como reserva” tras el dólar estadounidense y también la segunda “más utilizada en transacciones transfronterizas”.
S&P revisó la situación del BCE, tras el último anuncio de la autoridad monetaria de lanzar un nuevo programa de compra de bonos públicos y privados por 750,000 millones de euros para combatir en la zona euro las consecuencias económicas de la pandemia del covid-19.
“Percibimos las políticas de respuesta del BCE durante los últimos años como constructivas y de apoyo para las calificaciones en la eurozona, así como independientes de influencia política”, asegura el documento, que no analiza en detalle el nuevo programa de la entidad.
“Consideramos que el BCE tiene una independencia fuerte y explicita a nivel operativo y decisorio”, prosigue el informe de la agencia de calificación de riesgo, que considera que la autoridad monetaria “logrará con éxito mantener la estabilidad de precios a medio y largo plazo”.
“La efectividad de la política monetaria del BCE ha sido puesta a prueba en varias ocasiones desde la introducción del euro”, recuerda el documento, que califica el papel de la entidad como “crítico y efectivo” en la contención de la crisis financiera de 2008.
S&P considera que “el BCE ha demostrado su habilidad para introducir nuevos instrumentos de política monetaria y su gran flexibilidad en política monetaria”.
No obstante, la agencia advierte de que podrían llegar a considerar una rebaja de la calificación del BCE en caso de deflación subyacente persistente, si percibe un “agudo riesgo” de que uno de los miembros de la eurozona abandone la unión monetaria o si empeora de forma sensible la nota crediticia de sus miembros.