Unas cifras del sector inmobiliario son motivo para reflexionar. No creo que sirvan para nada más, pues en este país no tenemos costumbre de esforzarnos por buscar soluciones a situaciones que de tan tiempo de existe se convierten en una costumbre.
Se trata de los seguros de viviendas. Sucede que en este país hay alrededor de tres millones de viviendas. Es posible que de esa cantidad, al menos dos millones estén en condiciones adecuadas como para soportar una póliza de seguro.
Pero los dominicanos no acostumbran a contratar seguros de vivienda. Incluso, casi siempre los seguros de viviendas se dan en los créditos hipotecarios cuando una persona toma un préstamo para comprar una casa o apartamento.
Las estadísticas de la Cámara Dominicana de Aseguradoras y Reaseguradoras (Cadoar) indican que en República Dominicana sólo hay alrededor de 78 mil viviendas aseguradas, en una nación con cerca de tres millones de unidades habitacionales.
Pero peor aún. De esa cantidad sólo 14 mil viviendas son aseguradas en realidad, porque las otras 64 mil son casas o apartamentos con seguros hipotecarios, que no es lo mismo que un seguro a la propiedad.
Esto así, porque cuando usted toma un préstamo hipotecario y paga las pólizas de seguro de vivienda y seguro de vida, la cobertura de esos seguros son al monto del financiamiento, no a la propiedad. Esto quiere decir que si durante la vigencia del crédito hipotecario el deudor muere o sufre una discapacidad, entonces el seguro cubre el monto del préstamo y esa familia ya no debe lo adeudado.
En el caso del seguro de la vivienda, si llegara a producirse una catástrofe natural, como un terremoto, incendio, huracán o cualquier otro suceso que destruya la vivienda, entonces el seguro cubre el monto del préstamo que se adeuda ase momento, pero los daños que sufrió la casa no son cubiertos, es decir, que el propietario del inmueble se libera de la deuda, pero se queda sin hogar.
Por lo general, los bancos comerciales y las asociaciones de ahorros y préstamos no le aclaran ese a los clientes de préstamos hipotecarios, sólo les informan que adicional a la cuota de capital e intereses, deberán pagar el seguro de vida y el seguro de la vivienda. No les especifican que esos seguros son al crédito no a la propiedad.
Entonces, imagínense que nuestro país sufra un desastre natural que implique la destrucción de la mitad de las viviendas con seguros hipotecarios, es decir 34 mil hogares. ¿Qué pasaría cuando los afectados acudan en masa a los bancos y asociaciones de ahorros a reclamar reparación de daños y que les digan que no, que esos seguros solo eran para cubrir el préstamo? Se produciría un problema social que obligaría a la intervención del Estado para paliar la situación.
Por esa razón, es necesario que se establezcan mecanismos para hacer que las pólizas de seguros de viviendas sean abaratadas y que así, los seguros hipotecarios puedan cubrir más que el crédito, porque se dirá que es muy difícil que una vivienda resulte seriamente afectada, pero hay que tomar en cuenta que la isla de Santo Domingo está en la línea de falla tectónica donde en cualquier momento pudiera registrarse un terremoto. ¡Que DIOS nos ampare!