[dropcap]L[/dropcap]a economía dominicana vuelve a dar otra lección de crecimiento y nueva vez por encima del promedio de la región. El producto interno bruto (PIB) cerró con una expansión de un 6.6% en 2016, desempeño que situó al país por tercer año consecutivo como líder en América Latina, superando a Panamá (5.2%), Nicaragua (4.5%), Costa Rica (4.2%), Perú (3.7%), Bolivia (3.7%), Honduras (3.6%), Paraguay (3.5%) y Guatemala (3.5%).
Es bueno apuntar que el resto de los países crece por debajo de 3.0% y naciones como Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador cerraron en recesión, resultando el crecimiento de la región en -0.6% en 2016, según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En medio de este proceso de expansión económica quizá el alto nivel de financiamiento, principalmente a través de la emisión de bonos soberanos, es un elemento que debe preocupar o, al menos, llamar la atención con miras a buscar otros métodos para financiar el déficit del Presupuesto.
De todos modos, los ingresos del país por vía de estos financiamientos han fortalecido las reservas internacionales, lo que da garantía de estabilidad de precios, una de las funciones fundamentales del Banco Central. Además, cuando el país tiene más de tres meses garantizados de importaciones es un buen indicativo de seguridad.
El Consejo Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) afirma que el país no tiene que preocuparse por una subida brusca en la cotización del petróleo. Esta buena noticia, por supuesto, arroja tranquilidad en el porvenir de las finanzas públicas.
Otro indicador positivo es la reducción en los niveles de la pobreza. El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, aseguró que se redujeron de 42.2% a 30% en el primer período de gobierno del presidente Danilo Medina, mientras que la indigencia pasó de 11.1% a 6.1%.
Las cifras oficiales establecen que durante 2016 se generaron 148,532 nuevos empleos. A este se le añade que el ministro de Hacienda, Donald Guerrero, también reveló que el país revirtió el déficit primario y lo convirtió en superávit, algo que no sucedía hace muchos años.
Y hay más. La inflación anual, medida desde diciembre 2015 a diciembre 2016, fue de 1.70%, siendo la segunda más baja en los últimos 33 años y manteniéndose, por tercer año consecutivo, debajo del límite inferior de la meta establecida en el programa monetario de 4.0% (+/- 1%).
Es de orden tomar en cuenta que la inflación subyacente interanual se ubicó en 1.89% al cierre de año. Este indicador mide las presiones inflacionarias de origen monetario, aislando los efectos de factores exógenos, permitiendo de esta forma extraer señales más claras para la conducción de la política monetaria.
Estas variables, sin duda, son señales de que en términos macroeconómicos el país marcha a buen ritmo. Sin embargo, es inteligente pasar revista a lo que ha venido sucediendo en los últimos años con el crecimiento. En 2015 la economía dominicana creció 7% y en 2014 cerró en 7.6%. En 2016 creció 6.6 y la proyección es de 5.5% para este 2017. El país crece, pero a menor ritmo. Esto también hay que tomarlo en cuenta. Fortalecer las bases del desarrollo es fundamental.
¿Cómo hacerlo? Los que tienen el poder de decisión, principalmente con mejorar los niveles de competitividad de la economía, no deben perder más tiempo. Hay muchos retos por vencer en un escenario que en materia de competencia internacional se vuelve más complicado.