[dropcap]S[/dropcap]u propósito era investigar un doble asesinato: el de un guardaparques y el de los bosques de República Dominicana, específicamente de la Sierra de Bahoruco y de los alrededores del Lago Enriquillo, producto de la explotación ilegal de carbón, la agricultura y la tala para maderables.
El documental Muerte por mil cortes muestra, tras cinco años de realización, cómo la producción y el comercio de carbón beneficia tanto a haitianos como a dominicanos, gracias, en cierta medida, al apoyo del Gobierno dominicano, describe su productor Jake Kheel.
Durante la realización, el equipo de producción viajó a través de lo que definieron como: la “ruta del carbón”, llevándolos a ambos lados de la frontera domínico-haitiana, acompañado en ocasiones solo por una “caravana de mulas” para cargar los equipos o guías locales, según estos, para conocer el destino del vegetal.
La cinta pone en evidencia cómo los árboles de la Sierra de Bahoruco, durante los últimos cinco años, han ido desapareciendo producto de la actividad ilegal.
“Viajamos en camiones, motocicletas, barcos motorizados, veleros improvisados y por helicóptero, siguiendo la ruta del carbón y descubriendo qué impulsa lo que se ha convertido en una industria muy importante y lucrativa, pero destructiva”, explica Kheel.
La película y la campaña de promoción costaron menos de un millón de dólares, aunque se compensó a todo el personal de producción, afirma Kheel.
“Yo personalmente no recibí ningún beneficio económico. Tuvimos el apoyo de muchas instituciones y personas que aportaron su tiempo de manera voluntaria”, agrega el ambientalista y cineasta.
Denuncia que comerciantes dominicanos no solo han logrado incrementar la producción en la zona fronteriza, sino que a veces también obtienen permisos del Gobierno dominicano, convirtiendo la actividad en “casi legal”.
Muerte por mil cortes muestra la producción del carbón desde el corte de los árboles, la construcción de hornos, su envase, traslado y posterior comercialización en suelo haitiano; con versiones de ambientalistas y periodistas que han investigado sobre el tema y los protagonistas.
“Aquí no hay otra cosa que hacer. Yo cojo diez días para hacer un horno: duro cinco picando (talando), dos cargando (al horno), uno montando y otro tapando”, detalla Españolín, productor de carbón.
Revela que venden el saco de carbón a RD$180, “si llevamos 20 sacos hacemos 3,600 pesos”.
Homicidio
El documental, además de la tala de los bosques, investiga el asesinato de Eligio Eloy Vargas (Melaneo), guardaparques dominicano que laboraba en la Sierra de Bahoruco, y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida.
Melaneo patrullaba en búsqueda de uno de los puntos de producción ilegal de carbón y la película busca conocer las circunstancias de su muerte.
El productor explica que la cinta fue apoyada por Univisión Documentales y Participante Media, como socios distribuidores. Además de la Fundación Popular y la del Grupo Puntacana, embajadas y otras entidades.
Fue premiada como mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Seattle y se ha exhibido en Inglaterra, Colombia, México, y media docena de ciudades en Estados Unidos. También, se ha presentado en varias ocasiones en Haití, destaca su productor.
Jake Kheel
Jake Kheel es vicepresidente de la Fundación del Grupo Puntacana. Ha ganado varios premios en sostenibilidad, incluyendo el “Leader in Sustainable Tourism” de The National Geographic Traveler. Tiene un máster en Gestión Medioambiental de la Universidad de Cornell y un título en Literatura Española y Latinoamericana de la Universidad de Wesleyan. Dirige el Centro de Sustentabilidad, un espacio de investigación y educación.
Ficha técnica
Título: Muerte por mil cortes.
Director: Jake Kheel.
Género: Documental
País: República Dominicana.
Año: 2016.
Duración: 74 minutos.
Productora: Tarasios.
Participantes: Autoridades haitianas y dominicanas, biólogos, ambientalistas, guardaparques, productores de carbón.