[dropcap]L[/dropcap]os ejecutivos que lideran las principales entidades financieras de América Latina están preocupados. Su nivel de estrés se ha incrementado a raíz de las nuevas exigencias, principalmente para evitar el lavado de activos y la evasión de impuestos, que se vienen aplicando en los últimos tres años.
Uno de los principales focos de preocupación está en la Ley de Cumplimiento Tributario de Cuentas Extranjeras (FATCA, siglas en inglés), aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 2010 y vigente desde 2013.
Y no es que se opongan, pero esto ha significado un incremento en los costos operativos pues, además de sus funciones habituales, también deben servir de “agentes de vigilancia” de lo que hacen sus clientes.
“Hay muchos cierres de cuentas que están dificultando el comercio internacional, por mayores regulaciones que les imponen las autoridades a la banca de Estados Unidos, que a su vez también se las requieren a los bancos locales. Si es muy costoso y ese banco local no le da el negocio suficiente, entonces proceden a cerrar la cuenta”, afirmó José Manuel López Valdés, presidente de la Asociación de Bancos Comerciales (ABA), en declaraciones a elDinero en julio de este año.
El tema volvió a la palestra este mes. El secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Giorgio Trettenero, citó los requisitos de transferencia de información con fines fiscales y las últimas obligaciones como FACTA, que imponen altos costos a las instituciones financieras.
“Desde este punto de vista, específicamente en el sector financiero y bancario de Latinoamérica, hemos venido observando con gran preocupación un paulatino aumento en la presión regulatoria. Por supuesto, es necesario un mercado financiero fuerte y adecuadamente regulado, pero algunas obligaciones legales que se imponen a las entidades financieras más allá de su función natural de ser canalizadoras del ahorro a la inversión, pueden afectar su competitividad y el crecimiento de los negocios”, señaló Trettenero.
Cambios en la banca
El secretario general de Felaban, quien habló en la apertura del XXXV Congreso Latinoamericano de Derecho (Colade), en Sao Paulo, Brasil, explicó además que la recesión económica experimentada por América Latina hace dos años, requiere de una estabilidad jurídica y la eficacia de la reglamentación, pues son factores que los estudios muestran como críticos para el desarrollo económico y social de los países.
Trettenero sostuvo que los bancos deben tener en cuenta la inclusión de nuevos actores en el mercado financiero.
Para el secretario general de Felaban, el sector debe estar familiarizado con las necesidades de los clientes, que vayan al mundo digital y mejorar las capacidades y habilidades de talento humano. Señaló que será necesario establecer un nuevo marco legal, laboral y fiscal para los contratos de fase digital, verificación de firmas digitales y aplicaciones biométricas.
“Es una responsabilidad enorme que desde Felaban respaldamos de manera decidida, con iniciativas que conduzcan a hacer conciencia y a divulgar el conocimiento de las nuevas tendencias del sector financiero latinoamericano”, dijo al inicio del foro.
Avances de la banca en la región
El presidente de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), Murilo Portugal, consideró importante los avances que ha logrado la región en materia de inclusión financiera, especialmente a través de la adopción de nuevas tecnologías.
“Hemos visto en América Latina avances en la inclusión política, económica y social y en todos estos procesos el sistema bancario, por ende, demostró ser esencial para proporcionar los recursos necesarios para la producción y la generación de riqueza que sustentan estos avances”, destacó el banquero.
A su entender, para la banca es importante desarrollar su papel en la inducción de la financiación y el crecimiento económico. Sin embargo, afirma que es vital que haya reglas claras y objetivas, es decir, un entorno político estable, garantías efectivas y la seguridad jurídica.