[dropcap]S[/dropcap]i la necesidad es la madre de la invención, como invoca esta frase centenaria, en República Dominicana no tiene validez. El país no aparece en ninguna de las listas de innovadores, por lo menos en algunos de las posiciones destacables.
¿Ha sido exitosa la política de innovación del Estado dominicano? Quizá jamás haya habido planes estatales para incentivar la invención. ¿Dónde se muestra la poca capacidad (o motivación) de los cerebros dominicanos? Las estadísticas son muy francas al respecto. República Dominicana ocupa el puesto 89 de entre 141 países analizados en el Índice Global de Innovación 2015.
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La Oficina Nacional de Propiedad Industrial (Onapi) lo admite: “Estamos rezagados porque casi no registramos patentes, modelos de utilidad o diseños industriales, es decir, activos de propiedad industrial. Para aumentar estos índices de registros debemos tener más innovadores en las carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Los activos de propiedad industrial son el fundamento de la generación de beneficios económicos en el mundo moderno”.
Asia, con Japón y Corea del Sur, lidera el ranking de la invención. Cuando se traslada esa realidad a América Latina las cifras son muy distintas, ya que entre 2009 y 2013 el total de solicitudes de patentes (locales y extranjeras) apenas llegó a poco más de 60,000 en toda la región, de las que República Dominicana sólo aportó 15.
Onapi invitó al experto colombiano en el tema Marco Alemán al país. La directora de la entidad, Sandy Lockward, lo presentó a los periodistas. Lo trajo para que hablara de lo que él sabe: de patentes. Su posición en la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) le da autoridad para abordar la temática. Hay quienes lo califican como “el maestro del copyright”, aunque jamás ha inventado algo. Y no tiene que ser un inventor.
Lockward destacó el esfuerzo que hace el Estado para incentivar la innovación en el país.
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Para Alemán, director adjunto de la División de Patentes e Innovación de la OMPI, el sistema de patentes estimula la innovación y las estadísticas muestran que hay una relación entre estas dos variables, pues el inventor recibe como recompensa, en este caso del Estado, un derecho a explotar su invento por un período determinado.
“La innovación es costosa y extremadamente riesgosa, pues no hay garantía de éxito ni garantía de que al mercado le gustará lo que se innova; no hay garantía de que el Estado autorizará la venta del producto, por lo que hay muchos riesgos en la innovación”, afirma.
“Cuando una política de Estado de es exitosa las cifras de innovación lo muestran. Uno puede cambiar la ley de patentes, podemos tener la oficina de patentes más dinámica del mundo, pero si la política no está ahí las patentes seguirán siendo pocas. Políticas más activas de innovación pueden cambiar las cifras bajas”, explicó Alemán.
Para el experto, cuando se analizan las cifras de innovación en América Latina se nota que la mayoría proviene del sector público, que el sector privado innova muy poco. Considera importante que haya mayores esfuerzos en las ciencias básicas.
Las cifras de la OMPI muestran un volumen total de patentes en 2015 de alrededor de tres millones.
Alemán destacó que del volumen de patentes registradas el año pasado sólo China aportó 1.2 millón, a pesar de que hasta hace poco no era un actor relevante en el tema, aunque sí lo era en la fabricación y del comercio global. Además, destacó, un volumen muy alto también llegan desde Japón y Corea del Sur, lo que convierte a Asia en líder en esta materia.
Según el experto, del total de patentes registradas en 2015 alrededor de un millón eran solicitudes internacionales, es decir, un nacional de un país pidiendo protección en otro. Este renglón, estima, registra un crecimiento continuo de 5% durante los últimos años.
Alemán considera que el crecimiento del registro de patentes internacionales es un claro indicativo del aumento del interés por hacer negocios que tienen las empresas fuera de sus fronteras nacionales.
“Normalmente, una primera aproximación de una empresa con un país, inclusive antes de establecer eventuales relaciones comerciales o fábricas, es la protección por la vía del derecho de propiedad intelectual, pero en particular frente a las patentes”, explicó.
¿Estrategia?
Desde el punto de vista teórico está muy bien planteada la Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual, pues, como toda intención, “pretende integrarla en las políticas públicas, así como en los planes y estrategias nacionales de desarrollo existentes en el país”.
Según la Onapi, la propiedad intelectual es un instrumento muy importante, ya que en sentido amplio reconoce un derecho particular a los autores, creadores, inventores u otros titulares de derecho sobre las obras derivadas del intelecto humano, lo cual puede contribuir para incentivar e incrementar el conocimiento, la creación y la innovación.
Sin embargo, reconoce, la propiedad intelectual no es un fin en sí mismo, pero su correcta utilización, por parte de los gobiernos, centros de investigación y desarrollo, universidades, empresarios, investigadores, creadores, ingenieros y otros usuarios, puede generar efectos que favorezcan a la sociedad y coadyuvar al logro de los objetivos económicos, de competitividad, innovación y desarrollo.
La estrategia, en su marco teórico, plantea ejes estratégicos. El primero es la creación y generación intelectual, que busca incentivar la innovación y la creatividad e incrementar considerablemente la producción de activos intangibles de propiedad intelectual en las empresas, centros de investigación científica y tecnológica, universidades, emprendedores, creadores artísticos y literarios dominicanos a través del incentivo a la creación y producción intelectual.
El segundo es sobre protección de la propiedad intelectual, con el propósito de contar con un nivel confiable de protección y solidez en la administración del sistema para beneficio de los creadores de esta clase de derechos, garantizando su mantenimiento.
Otros dos ejes son: Utilización, explotación y gestión de la propiedad intelectual y el de promoción, a fin de promover la cultura y generación de conocimiento en esta materia. Además, promueve el respeto a la propiedad intelectual.
Política de invención
A juzgar por los resultados que se ven en el registro de patentes, Marco Alemán aconseja que la política de innovación de un país sea diseñada tomando en cuenta el contexto internacional.
A manera de ejemplo, el alto ejecutivo de la OMPI destaca que el 50% del total de solicitudes en Estados Unidos y Alemania es de empresas e inventores nacionales, mientras que en muchos otros países cerca del 90% del volumen es extranjera. Sin embargo, consideró que no en todos los casos el registro de patentes internacionales significa que haya dificultades.
“Hay naciones que han apostado a la inversión extranjera y al comercio internacional, por lo que dentro de su estrategia la llegada de empresas es útil. Pongo un ejemplo: la estrategia de Singapur y Corea del Sur no son las mismas, pues en el primero buscan un régimen de patentes que motiven al extranjero a llegar, que haga negocio desde ahí, y el otro es lo contrario”, explicó.
Alemán expresó que muchas patentes son el resultado de costosas investigaciones, pero muchas otras son el resultado del talento de un innovador, a veces sin mayores recursos que su imaginación y empeño.