[dropcap]L[/dropcap]as brújulas de grandes cadenas hoteleras internacionales parecen haber apuntado al mismo tiempo hacia Santo Domingo. Los aprestos para acentuar la belleza de su patrimonio histórico, el acercamiento con Punta Cana y el buen crecimiento económico de República Dominicana se han convertido en un cóctel para atraer la inversión internacional, que ve en la primada de América una apetecible fuente de ingresos en el largo plazo.
La condición de capital, ciudad más poblada y principal centro de negocios, le han conferido a Santo Domingo un sitial destacado dentro de las inversiones hoteleras de todo el país. Pero el ‘boom’ de los últimos tres años ha sido bastante notorio, con nuevos proyectos y adquisiciones que han aumentado la oferta de habitaciones.
Actualmente, el Distrito Nacional cuenta con 5,327 habitaciones que le permiten satisfacer la demanda actual hasta el punto de que muchos han planteado la posibilidad de sobreoferta.
Las aperturas más recientes son el JW Marriot, sobre el centro comercial Blue Mall, en la avenida Winston Churchill y el Embasy Suites By Hilton, que llegaron a competir en pleno centro de la capital.
En la misma Churchill se construye a todo vapor el Roble Corporate, que incluirá una torre para la cadena Intercontinental. De igual modo, Hard Rock decidió lanzar su apuesta con un edificio de 40 niveles y 400 habitaciones en la avenida Abraham Lincoln, cuya inauguración se prevé para finales de 2017.
Otros hoteles importantes son el Renaissance Jaragua, Crowne Plaza, Sheraton, Napolitano, Hilton (en el malecón), Coutyard, Barceló Lina, El Embajador, Holiday Inn, BQ Princess, Quality y Dominican Fiesta.
La remodelación de la Ciudad Colonial ha elevado las expectativas del sector privado, que ven en su patrimonio histórico y cultural un poderoso atractivo para apuntalar la llegada de visitantes. Con los primeros edificios del Nuevo Mundo, ese pedacito de la capital quiere seguir motivando los viajes de placer, distinto a los ya tradicionales negocios.
La inversión para el proyecto ha sido de US$30 millones financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la remodelación de algunas áreas. Por otro lado, el tiempo de recorrido entre los destinos turísticos de la región Sureste se ha reducido.
Las más de cuatro horas que se tomaba para recorrer desde Santo Domingo a Punta Cana, hoy ronda las dos horas 30 minutos, gracias a la construcción de múltiples obras como la Autovía del Coral y las circunvalaciones de San Pedro de Macorís y La Romana. A esto se unen una serie de trabajos en la autopista Las Américas, con el fin de que los viajeros tengan el menor número de interrupciones en el camino.
Estos esfuerzos estatales tienen como fin crear una mayor sinergia o cooperación entre las ciudades del Este y la capital, para presentar una propuesta variada a unos turistas que aprecian cada vez más las experiencias fuera de la propiedad del resort.
Al parecer, la estrategia gubernamental ha surtido efecto. “Santo Domingo, declarado patrimonio de la humanidad, ha sido un destino favorito y las renovaciones que está experimentando su centro histórico agregan aún más atractivo para sus visitantes”, expresó Nelson Parker, ejecutivo de Hard Rock Internacional, durante el acto de inicio de la construcción.
“Una recién terminada carretera entre Punta Cana y Santo Domingo reduce el tiempo de viaje. De igual forma, la histórica Zona Colonial está pasando por extensas remodelaciones haciéndola aún más atractiva para los visitantes”, acotó.
Llegada de turistas por aeropuertos
Las Américas es el segundo aeropuerto en términos del número de pasajeros no residentes que recibe. En enero y febrero llegó a sus instalaciones el 16%, solo superado por el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, que tiene un 65% de las llegadas del primer bimestre del año.
Los visitantes extranjeros y dominicanos no residentes fueron 1,039,067 al arribar 77,305 viajeros adicionales respecto a igual período del año 2015, equivalente a un crecimiento de 8%. De este incremento, el 79.8% corresponde a turistas extranjeros (61,683 pasajeros) y el 20.2% restante a dominicanos residentes en el exterior (15,622 pasajeros).
“El comportamiento observado en el flujo turístico obedece fundamentalmente a las mejores perspectivas de crecimiento en los Estados Unidos”, expresa el Banco Central en su informe.