[dropcap]L[/dropcap]a semana pasada el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó Cuba. John Calvin Coolidge, su homólogo, lo hizo 88 años antes. Fue recibido el 15 de julio de 1928 por el jefe de Estado cubano, Gerardo Machado.
Los dos presidentes estadounidenses que han visitado el país caribeño han quedado asombrados y sus frases así lo describen. Coolidge afirmó que ningún ciudadano de las Américas puede venir a la reina de las islas de las Indias Occidentales y no experimentar una emoción de gratitud y reverencia. Obama, al saludar al personal de su Embajada, dijo: “Es maravilloso estar aquí”.
República Dominicana también es una joya en el Caribe. El sector privado local, con la ayuda o no del Estado, debe mirar las oportunidades de inversión y expansión que representa Cuba. Lejos de ser una amenaza para el turismo, la industria local o cualquier otro sector productivo o de servicio, la nación caribeña está abriéndose a las oportunidades.
Los empresarios dominicanos son excelentes. Generan oportunidades, empleos y desarrollo aquí en su país. Cuba, abriéndose al mundo, también debe estar en la mira. Para nadie es un secreto que el mercado cubano se presenta como un manantial de conocimientos, atrapado en el tiempo y sin poder expresarse con suficiente libertad.
Ahora que la señal es clara, que las autoridades cubanas están soltando un poco la soga y que muchos países están mirando hacia Cuba, el sector privado dominicano debe tomar la delantera. Y sabemos que algunos ya lo están haciendo. Sin embargo, debe ser una estrategia generalizada a través de los gremios empresariales visitar la nación cubana y explorar todas las posibilidades disponibles.
Los sectores de servicios, energía, combustible, industria, comercio, construcción, financiero y transporte, o cualquier otro, están en la obligación de ir a Cuba e investigar cómo entrar a ese mercado; conocer sus características y estudiar su ordenamiento jurídico.
Es justo reconocer el papel y esfuerzos que ha realizado el Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), especialmente desde la última Feria Internacional de La Habana (FIH), en la que un grupo de empresarios dominicanos pudo constatar las posibilidades de inversión que ofrece ese país.
Conquistar una plaza tan importante como el mercado cubano, compuesto por alrededor de 11 millones de consumidores, debe estar en la agenda de los empresarios dominicanos. Otros países lo están haciendo con total decisión.
Y hay que hacerlo ya, antes de que comiencen a plantearse los acuerdos de libre comercio entre Cuba y el resto del mundo. Es vital hacerlo antes de que comiencen a organizarse las primeras entidades empresariales y muchísimo antes de que otros ocupen el lugar que pudo haber sido ocupado por dominicanos.
Ahora que Cuba necesita todo, que prácticamente hay que comenzar de cero, que los consumidores no tienen una referencia, que los costos para entrar quizá no se han elevado tanto y que hay espacio para “caminar solos en el mercado”, ahora es el momento. ¡Que no se haga tarde para ablandar habichuelas!