[dropcap]E[/dropcap]l Código de Trabajo Dominicano fue puesto en vigencia en 1992. Ya tiene 24 años. Quizás no sea una legislación anticuada por la edad, pero sí las transformaciones que ha experimentado el mercado de trabajo en los últimos 20 años.
A lo que sí hay que tenerle mucho cuidado y agarrarlo con pinzas, sin tocar susceptibilidades, son los cambios propuestos. Nadie debe salir perjudicado: ni empresarios, ni empleados, ni gobierno.
Hay que evitar a toda costa que sigan los “aprovechados coyunturales” incoando demandas laborales injustificadas contra empresas que no tienen la capacidad económica suficiente para resistir.
Cuando una empresa cierra no sólo pierde el propietario; también salen afectados los empleados que deben irse a la calle a ver qué aparece como modo de producción.
La actitud debe ser de apertura y flexibilidad de ambos lados. Los empresarios saben que un empleado feliz rinde más y los empleados, a su vez, deben cuidar la empresa.