[dropcap]E[/dropcap]l Consejo Económico Binacional Quisqueya (CEBQ) comenzó a demostrar con hechos lo que viene pregonando en diversos escenarios. La etapa piloto de la Zona 1 comenzó a ser una realidad con el inicio de las obras formales de construcción de las dos primeras naves industriales que serán destinadas para el diseño y fabricación de textiles sintéticos, especializados para la industria del vestido y calzado deportivo.
Los empresarios Juan Bautista Vicini y Fernando Capellán, de República Dominicana, y Marc-Antoine Acra y Jean Lucien Ligonde, de Haití, dieron los palazos simbólicos que comienzan a darle forma a las ideas de desarrollo de la frontera entre ambas naciones. El acto encendió las esperanzas de desarrollo económico que anhelan esas comunidades.
En sí mismo el proyecto incluye capítulos de sostenibilidad financiera y medioambiental. La primera fase contempla la construcción de 700 viviendas para trabajadores de la planta de textiles y 400 más para trabajadores de la unidad de productos terminados. El proyecto de desarrollo cuenta además con el respaldo del empresario Carlos José Martí, del Grupo Martí PG, y de otros representantes del sector privado.
Para 2030 el objetivo es generar 100,000 empleos directos en la zona textil, lo que se traducirá en un dinamismo económico expresado a ambos lados de la frontera. En este tramo se estima una inversión inicial de US$50 millones.
La propuesta global incluye invertir al menos US$5,000 millones en la frontera en cuatro zonas estratégicas: Manufactura y Logística; la de Generación y Almacenamiento de Energía Hidráulica y Eólica; la de Agricultura y Cría, y por último la de Turismo. Para todas estas se han realizado estudios del potencial y la factibilidad para garantizar resultados tangibles de tres a cinco años.
Codevi, que emplea a más de 7,000 haitianos en Quanaminthe, es la principal empresa en el norte de Haití. En julio de 2014, el presidente Danilo Medina proclamó ante su homólogo haitiano Michel Martelly que “es hora de mirarnos a los ojos, estrechar nuestras manos y de trabajar hombro con hombro por el fortalecimiento de cada uno de nuestros países”.
¿Por qué se inició por el norte, aprovechando las sinergias entre energía renovable, logística y transporte, materia prima y mano de obra, beneficiando a las comunidades de Ouanaminthe (Juana Méndez), Dajabón, Pepillo Salcedo y Fort Liberté? La respuesta es simple: El parque industrial Codevi, instalado hace más de una década, ha demostrado que funciona con excelentes resultados.
“Con el desarrollo de estas naves industriales habrá una generación de 4,000 empleos, tendremos participación activa de la población en el desarrollo comunitario, desarrollo de centros urbanos sostenibles y la formalización y promoción del comercio bilateral”, indicó Marc-Antoine Acra, empresario haitiano y miembro del CEBQ.
Según explica Vicini, el proyecto binacional contempla el desarrollo sostenible en toda la frontera, tomando en cuenta que algunas de las zonas tienen elementos en particular.
“El proyecto completo tiene elementos de sostenibilidad y de inclusión social a largo plazo”, agregó el empresario.
Indicó que en la Zona I el elemento fundamental, en materia de sostenibilidad, es que cada uno los trabajadores sea propietario de una vivienda que tendrá paneles solares arriba y que le venderán electricidad a las naves donde ellos mismos trabajan, lo que indica que la casa se pagará con la energía renovable.
“Esto forma parte del piloto y pensamos construir alrededor de 700 viviendas de este tipo para probar el concepto, cuya finalidad es comprobar el modelo de negocios y su funcionabilidad para entonces salir y buscar fondos internacionales”, explicó.
Según explicó el empresario, en este primer piloto habrá naves de ambos lados que se complementarán unas con otras. “Hoy estamos dejando iniciados los trabajos de la parte haitiana. Todos los elementos dentro del proyecto son parte de una propuesta de competitividad. Le venderán la energía a las naves y con esos recursos financiarán las casas”, dijo.
En esta primera fase está previsto que se realicen inversiones en materia de logística y seguridad para habilitar el puerto de Manzanillo para realizar exportaciones haitianas. Esto incluye, indicó, aspectos migratorios, salubridad, controles fitosanitarios y demás.
A su entender, Juana Méndez y Dajabón deberían convertirse en mecas del comercio internacional, lo cual no ha sido posible por las debilidades que existen en materia de infraestructura y control fronterizo.
“Se trata de un proyecto con cuatro zonas de inversión y cada uno tendrá su propio fondo; cada uno tendrá su piloto. La única razón por la que el primero va más rápido es porque aquí, como ustedes podrán ver, hay un negocio comprobado y que yo llamo la piedra angular. Sin un empleo sostenible a largo plazo y con planes de exportación, financiar las cosas sería imposible”, apuntó Vicini.
El empresario afirmó que el proyecto forma parte de la responsabilidad que han asumido los representantes del sector privado haitiano y dominicano para ofrecerle oportunidades de desarrollo y de inserción a la juventud.
A su entender, no se ha aprovechado el potencial económico que tiene la zona. Está de acuerdo con que Juana Méndez y Dajabón, con infraestructuras adecuadas de controles, mantengan el mercado abierto todos los días.
Explicó que las zonas que mayor cantidad de empleos generan en estos momentos están en La Altagracia con Bávaro, Punta Cana, especialmente por su alta capacidad de generación de valor.
Entiende que la presión migratoria que supone un desempleo de 60%, como es el caso de Haití, se puede contener con proyectos de desarrollo. De lo que se trata, dice, es que los dominicanos y los haitianos se junten en la frontera a trabajar y a producir y que cada quien vaya a su lugar.
“Hemos visitado otras localidades donde ha habido desarrollo fronterizo. Casi siempre ha venido como resultado de conflictos entre dos países. Obviamente, hay sitios que tienen organizaciones muy avanzadas. Fuimos al cruce entre México y Estados Unidos, en Laredo y Nuevo Laredo, y ahí vemos el puerto no marítimo más grande el mundo con 14,000 camiones que todos los días cruzan por ahí. La organización que hay ahí es basada toda en la logística y el transporte”, explicó.
Las inversiones en el piloto Zona 1 contemplan: proyectos inmobiliarios de índole comercial, cooperativas de empleados, generación y distribución de energía renovable, gestión logística, entre otros.
Para el empresario haitiano Marc-Antoine Acra y Jean Lucien Ligonde, con inversiones en los sectores turismo, agricultura, banca, alimentos y logística, con estos palazos se marca un momento histórico que conducirá a las poblaciones de Ouanaminthe y Fort Liberté, de Haití, Dajabón y Pepillo Salcedo, de República Dominicana, por el camino de un desarrollo sostenible.
Al acto de inicio de los trabajos asistieron miembros del cuerpo diplomático y consular acreditados en ambos países, el embajador Roberto Martínez, de la Comisión Mixta Bilateral; el director general de la Dirección General de Desarrollo Fronterizo, Miguel Bejarán; ministros, representantes del sector empresarial y miembros de la prensa nacional y haitiana. Además, el embajador y economista Hugo Guiliani Cury y el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), Milton Morrison.
Acra consideró que llegó la hora de salir del siglo XIX porque hoy el futuro de República Dominicana y Haití depende de la inversión en estos proyectos. A su entender, ambos países deben mirar hacia los puntos que los unen y no hacia aquellos que generan división. “Como empresarios, estamos necesariamente comprometidos con el desarrollo de la gente”, sostiene.
Según explica, el proyecto surge con la promesa de traer progreso para los dominicanos y los haitianos que habitan en la zona fronteriza, pues entiende que República Dominicana y Haití están unidos con el comercio, la cultura y la gente.
“Este primer palazo no sólo da inicio a un proyecto privado de gran importancia, sino que es un acontecimiento histórico en la economía de ambos países. Este proyecto se inició como una ilusión que luego se convirtió en una visión y hoy comienza a ser una realidad. Lo que parece como un gesto modesto entre ambos países es un evento de talla. Los miembros del CEBQ están orgullosos. Los años de esfuerzos para dar con este proyecto han sido positivos”, dijo.
Apoyo binacional
El embajador y secretario la Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana (CMB), Roberto Martínez Villanueva, destacó el soporte que ofrece la entidad que preside al proyecto, lo cual constituye una muestra del apoyo que ambos Estados ofrecen, ya que entienden que el sector privado es la punta de lanza para alcanzar el desarrollo en la frontera binacional.
Según el directivo de la Comisión Mixta, el apoyo se ha expresado de dos formas: primero a través del suministro de planes y programas que puedan servir de complemento, como es el caso de Manzanillo como puerto de entrada y salida; segundo, carreteras y toda la infraestructura necesaria.
Cooperación binacional para mejorar la economía de la gente
El Consejo Económico Binacional Quisqueya es una entidad de cooperación binacional, conformada por un grupo de líderes empresariales del sector privado de República Dominicana y de Haití; quienes, bajo un marco legal y diplomático, trabajan junto a entes gubernamentales y diferentes miembros de la comunidad internacional, en la formación de una plataforma de inversión y financiamiento para el desarrollo sostenible del eje fronterizo que une a ambos países.
El CEBQ trabaja constante y permanentemente en identificar, promover y asistir técnicamente proyectos de impacto económico, social y ambiental positivo, en el eje fronterizo para ambas naciones.
Esto demuestra que trabajando juntos, haitianos y dominicanos, pueden lograr mucho más y hacer más que si estuvieran separados. Se pueden crear más empleos y promover el desarrollo en toda la frontera.