[dropcap]E[/dropcap]l mercado automotriz se puede identificar como uno de los principales indicadores del bienestar socioeconómico de la clase media y alta, toda vez que la adquisición de un vehículo es una de las operaciones con mayor carga de impuestos y la limitación de recursos puede provocar la posposición de su compra.
Cuando se importa un vehículo nuevo o usado, el representante de la marca o el importador independiente debe comprarlo en el exterior, pagar el flete y colocarlo en puerto.
Su puesta en el mercado implica el pago de un 18% de Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), a lo que hay que agregar un 10% de Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) si no es un auto norteamericano y está fuera del tratado de libre comercio (DR-Cafta).
Para poder circular hay que pagar el equivalente al 17% del valor del vehículo como impuesto por la primera placa y entre 1% y 3% de gravamen adicional, por concepto de los niveles de emisión de CO2 en el medio ambiente.
Una vez la empresa vende el vehículo al adquiriente final, debe reportar la venta y de sus ganancias también tiene que pagar el 28% de Impuesto Sobre la Renta (ISR) al fisco. Todos esos gravámenes, estimados en alrededor del 60% del valor del vehículo, son cargados al adquiriente final.
Cuando el adquiriente obtiene el vehículo, para poder usarlo, debe pagar constantemente un combustible que contiene una carga de alrededor de un 40% de su valor en impuestos, a lo que se agrega el pago anual de RD$1,200 ó RD$2,200 por el marbete de circulación.
Todo lo anterior, indica que la adquisición de un vehículo representa una de las mayores exposiciones al pago de elevados y diversos impuestos que pesan sobre el producto tanto al adquirirlo como durante su uso de manera permanente.
Aun así, el año pasado las importaciones de vehículos nuevos registraron un crecimiento de 13.1%, de acuerdo con estadísticas de la Asociación de Concesionarios de Fabricantes de Vehículos (Acofave).
Las importaciones de vehículos nuevos representan alrededor del 40% del total, pues se estima que el 60% de los vehículos que entran al país son usados, dentro del límite de hasta cinco años de fabricación establecido por ley.
Enrique Fernández, vicepresidente ejecutivo de Acofave, mostró a elDinero un informe en donde se indica que durante el 2014 al país llegaron 23,849 vehículos nuevos a través de los miembros de Acofave, de los cuales el 42.1% son todoterreno, 21.7% automóviles y 16.7% camionetas. El resto de los vehículos son camiones, forgonetas, miniván, microbuses, minibuses y autobuses.
Fernández lamenta que a pesar del crecimiento experimentado en las ventas de vehículos nuevos durante 2014, los niveles alcanzados están muy por debajo de la marca del año 2007, cuando las importaciones superaron las 30,600 unidades nuevas, 28% más que en 2014.
El empresario atribuye esa situación a la alta carga de impuestos que pesan sobre los vehículos nuevos, que obliga a los consumidores a posponer la compra si su situación económica no es holgada, o a optar por una unidad usada, lo cual es un error, porque los autos de segunda mano son más económicos en la compra, pero más costosos en el mantenimiento.
Parque vehicular
La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) publicó recientemente el informe sobre el parque vehicular dominicano de 2014, el cual se ubica en 3 millones 398,662 unidades, 5.6% más respecto a la cantidad de unidades en circulación el año anterior.
Sin embargo, el directivo de Acofave considera que al momento de presentar las cifras sobre el parque vehicular, la DGII debe excluir las motocicletas, que representan el 53% de la cantidad global.
En efecto, el parque vehicular, excluyendo las motocicletas, es 1 millón 595,334 unidades, entre automóviles, jeepetas, camionetas, autobuses, volteo, máquinas pesadas y otros.
De acuerdo con las cifras de la DGII, el año pasado sus recaudaciones por concepto de la primera placa, traspasos, marbetes, cambio de placas, duplicados de matrículas y emisión de CO2 sumaron RD$8,337.3 millones. El 68.3% de ese monto fue captado por el impuesto de 17% a la emisión de la primera placa.
Al considerar el parque de vehículos sin tomar en cuenta las motocicletas y los equipos pesados, Acofave destaca que el país muestra un bajo índice de motorización en la región, pues aparece al año 2012 en 137 unidades por cada 1,000 habitantes, por debajo de naciones como Puerto rico, Argentina, Bahamas, Uruguay, Venezuela, Chile, Brasil, Costa Rica, Panamá y otros, aunque superior al de Perú, Colombia, Paraguay, Guatemala y Nicaragua.
Algunos datos
El 52% de los vehículos en circulación en el país se ubica en tres ciudades: Distrito Nacional (27.3%), Santo Domingo (16.1%) y Santiago (8.5%).
El 66.1% de los vehículos en circulación pertenecen a personas físicas y 33.9% es propiedad de personas jurídicas o empresas.
Dentro del 66.1% de vehículos propiedad de personas físicas, las mujeres son dueñas del 22.3% de los vehículos, mientras los hombres tienen a su nombre el 77.7%.
A pesar de que en el país está vigente desde hace una década la legislación que prohíbe la importación de vehículos de más de cinco años de fabricación, el parque vehicular dominicano es relativamente viejo.
De acuerdo con las estadísticas de la DGII, el 56% de los vehículos en circulación son del año 2000 hacia atrás, es decir, que tienen más de 15 años. Sólo el 9.9% son vehículos de cinco años o menos.